Spanoulis sigue al frente del mejor equipo de la década
Cambio de cromos en el Olympiacos, aunque la esencia se mantiene. Han llegado Hackett, Strawberry, Milutinov y Young. Quizán echen en falta a Sloukas.
Apostar por el campeón griego, por un Olympiacos peleando por el título, es una inversión segura. Quizá la más segura de todas. Basta con repasar su trayectoria en los últimos años. En 2010 fue finalista; en 2011 tropezó casi inexplicablemente con el Siena en el playoff de cuartos tras arrasar en el primer partido (89-41), su único borrón en lo que va de década; en 2012, campeón tras una remontada antológica frente al CSKA; en 2013, de nuevo reacción de ensueño en la final, ahora ante el Madrid; en 2014, batalla a cinco partidos en cuartos de final otra vez con los blancos como enemigo; en 2015, finalista ante un Real que se vuelve a interponer. Su balance en las últimas seis Euroligas es de dos títulos, dos finales y dos eliminaciones en cuartos. Sin los de Laso cruzándose en su camino, quién sabe si ahora no presumiría de cuatro trofeos consecutivos.
Lo que sí es seguro es que el Olympiacos ha sido uno de los equipos que más ha influido en el estilo de juego continental en este último lustro, con pívots bajitos, pero muy duros, móviles y atléticos, capaces de defender en toda la pista, de rebotear y de bloquear sin descanso en un ataque volcado hacia el perímetro con Vassilis Spanoulis de capitán general.
El estilo se mantiene pese al cambio de cromos, quizá con menos atleticismo dentro, aunque siga Othello Hunter. Suma hasta cinco bajas importantes, casi todas bien resueltas. El base-escolta italiano Daniel Hackett (Milán) llega por Lafayette, el escolta D.J. Strawberry (Karsiyaka) por Darden, la bestia Patric Young (Galatasaray) por Dunston y el 2,10 serbio Nikola Milutinov por Petway. Difícil olvidar el trabajo de Dunston (Efes), elegido dos veces mejor defensor de la Euroliga. Y aún más difícil cubrir la vacante de Kostas Sloukas, ahora junto a Obradovic en el Fenerbahçe.
Si Spanoulis tosía, Sloukas salía al rescate con las pastillas de la abuela. Ahora falta ese talento ofensivo que dé cobertura al genio griego, porque la labor sorda está garantizada con Vangelis Mantzaris. Quizá aumente la cuota de protagonismo de Printezis y, sobre todo, de Matt Lojeski. Y ojo al crecimiento del alero fuerte Ioannis Papapetrou (21 años y 2,03). También de la torre Dimitrios Agravanis (20 años aún y 2,08), bastante más verde —si me lo permiten hablando del Olympiacos—. Como siempre, equipo. Y Sfairopoulos en el banco.
La estrella: Vassilis Spanoulis
¿Quién es el líder y el jugador más importante del Olympiacos? ¿Y el jugador más determinante de Europa? La respuesta para muchos es la misma: Spanoulis. No son sus números, cuánto aporta, sino cómo y cuándo lo hace. El carácter ganador, la confianza y determinación en los finales de partido y su frialdad le convierten en una pieza única. Tiene ya 33 años, pero envejece bien —eso parece—, por lo que la mayor incógnita en el Olimpiacos es si su guardia pretoriana estará a la altura. Y si no echará mucho de menos a Sloukas. Porque Hackett, de momento, sigue algo perdido, como lo estuvo la última campaña en Italia.