—Se les empina el Grupo B y el calendario con los peores rivales a la vista, más el adiós a Datome y los problemas físicos de Belinelli. ¿Qué espera?

—La baja de Gigi Datome y cualquier otro contratiempo solo nos pueden servir como motivación. Estamos en un grupo que es muy interesante pero que, en realidad, es una guerra, lleno de nombres que han jugado en la NBA o van a jugar, incluso con dos superestrellas como Nowitzki y Pau Gasol. Después están Mirotic, Schröder, Rudy, los serbios… este grupo es casi un Campeonato de Europa en sí mismo.

—Ustedes, de momento, a sufrir­…

—Tuvimos la suerte de romper el hielo contra Islandia, un equipo difícil de atacar por su juego atípico. Fue un partido lleno de problemas pero acabamos superándolo. Después de perder con Turquía como perdimos, era muy importante que pudiéramos ganar a Islandia. Creo que la mayoría estamos acostumbrados a este tipo de situaciones. Sabemos que será muy duro. Han pasado tres días y estamos buscando todas las soluciones a nuestro alcance.

—Usted mismo, acostumbrado en Denver a la Conferencia Oeste de la NBA, ¿nota la diferencia con ese juego y este otro de los campeonatos internacionales?

—Hay diferencia, mucha, y yo la noto, la siento. Ocurre que se trata de reglas diferentes y cuando hay esas reglas tan diferentes… el juego también se hace diferente.

—No está Marc Gasol con España, pero sí Pau. ¿A cuál de los dos prefiere enfrentarse?

—Preferiría no tener que enfrentarme con ninguno de ellos, ja, ja… pero sí me motiva jugar contra Pau. Tengo ganas de salir y verme con él. Marc es uno de los mejores pívots de la NBA y puede ser el mejor en absoluto, si es que no lo es ya. Él ha hecho de su equipo, Memphis Grizzlies, uno de los candidatos. Pero España puede cubrir su baja. No solo está Pau: también tienen a Mirotic, Reyes...

—Su señor padre, Vittorio, que también es hoy su representante, llegó a ser titular con Dan Peterson en el Olimpia Milán de los años 80, cuando era Billy o Tracer. ¿Le da consejos?

—¿Consejos? ¿Qué consejos? Él no tiene que darme ningún consejo. Aquí, el único consejo que hay es ganar.