España contra el muro italiano
España juega esta noche (21:00 Cuatro) su tercer partido del Eurobasket. Italia inquieta bastante a Sergio Scariolo pese al adiós de Luigi Datome y la duda de Marco Belinelli.
Sigue el España - Italia en directo
Pasarán los años y enviudaremos de farol, como escribe Sabina. Quizá: pero un España-Italia en el Mercedes-Benz Arena de Berlín (21:00 horas) es siempre un duelo cara a cara en la cumbre del baloncesto europeo. Aunque sea en la fase de grupos, sea como sea. Estos partidos de furias rojas contra azzurri de Italia son combates. Desprenden un aroma de rastros y pistas históricas. Eterno combate: el ataque a toda costa contra la organización que hace tomar el control gracias a la disciplina.
“Ya llevamos tres días de campeonato y todos buscamos soluciones”, avisa Danilo Gallinari, el líder NBA de esta Nazionale que manejan Simoni Pianigiani y su ayudante, Luca Dalmonte. El italiano que dirige a España, Sergio Scariolo habla de una Italia “perimetral” que “no conviene” a su actual Selección. En italiano, Scariolo dijo ayer a los italianos: “Per noi, Italia è una squadra più complessa”. O sea: “Para nosotros, Italia es un equipo (escuadra) muy complejo”. Y todas estas declaraciones, cuando la Nazionale que está en Berlín ha caído ante Turquía, ha batido a Islandia con penas y fatigas (71-64, Italia perdía a tres minutos del final) y ayer despedía del campeonato a una de sus estrellas, el lesionado alero alto Gigi Datome, ex-NBA. Marco Belinelli, otro de los grandes tiradores italianos de perímetro (“grandes”, recalca Scariolo) arrastraba ayer la pierna izquierda por el Hotel Andel’s, en Landsberger.
Belinelli. “No sabemos hasta qué punto se puede arriesgar a un jugador como Belinelli, tal vez decida él”, señala Pianigiani: entre la espada española y la pared de las lesiones. “Hemos tenido que llegar en estas condiciones al peor de los momentos y contra el peor de los rivales”, se fustigaba el comisario técnico italiano. ¿Bajas en una squadra italiana? Miren, en la despedida de Pedro Ferrándiz del Real Madrid, en la final de la Copa de Europa de 1975, el gran Dino Meneghin acababa de partirse la mano… pero el Ignis de Varese demolió por 79-66 al último Real de Ferrándiz: con 30 puntos de Bob Morse más la sorpresa mortal del tirador novato Sergio Rizzi.
La mera aparición de esta incierta Italia ya es inquietante. Y genera tensión en la reconstrucción-relámpago que Scariolo acomete en este Eurobasket. Concebido para ir de menos a más, el equipo español se planta hoy ante el problema del control del ritmo y del tempo, que Italia siempre intenta hacer suyos por lo civil, por lo militar… y por emparejamientos extraños en centímetros y posiciones que, manifiestamente, preocupan a Scariolo. Nadie olvida la sangre que corre por las venas de Danilo Gallinari y Alessandro Gentile, hijos de dos viejos centuriones. “¿Consejos? El único consejo que hay en este juego es ganar”, suelta el actual Gallinari. Es el ADN de Italia. Y a la actual España, como siempre, solo le queda atacar a toda costa la empalizada de la organización azzurra. Después, Dios y el ritmo dirán.