HAWKS 82 - CAVALIERS 94 (0-2)

Un LeBron de otra galaxia arrasa a los Hawks: 2-0 para Cleveland

Sin Irving, 'King' James (30-9-11) lideró la contundente victoria de unos Cavs que volvieron a dominar el rebote. Carroll jugó en Atlanta, pero Korver y Horford se lesionaron.

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Con Kevin Love de baja para lo que resta de temporada y con un Kyrie Irving que no jugó el segundo partido al resentirse de las molestias en la rodilla izquierda, los Hawks (con DeMarre Carroll disponible, por increíble que parezca) tenían ante sí una oportunidad de oro para poner el 1-1 en la final de la Conferencia Este. Pero este tipo de cábalas resultan inútiles si enfrente tienes a LeBron James. Dos acelerones del cuatro veces MVP bastaron para que los Cavs repitieran triunfo en Atlanta (82-94) y salvo milagro, dejar prácticamente sentenciada una eliminatoria que ahora viaja a 'The Q', a Cleveland. Son el octavo equipo que en una final de Conferencia al mejor de siete encuentros se coloca con un 2-0 a favor tras disputar como visitante los dos primeros envites: en los siete anteriores casos, la franquicia que lo logró se clasificó para los Finales.

"No puedes obligarme a hacer lo que no quiero. Jugué de la manera correcta", analizaba un LeBron que se quedó a un rebote de firmar un triple-doble (30-9-11). No en vano, este es su partido número 74 de Playoffs en los que alcanza la treintena de puntos, alcanzando así a Jerry West. Ya solo tiene por delante a Abdul-Jabbar (75), Kobe Bryant (88) y Michael Jordan (109). Hizo de todo, subir el ablón, jugar al poste, defender... Y es que el encuentro nació y murió en la figura del Rey. Con 13 puntos en el primer cuarto fue quien condujo el primer arreón serio de los de David Blatt (cumplió ayer 56 años), aunque la producción ofensiva de Korver mantuvo a los halcones. En el tercero volvió a pisar el acelerador. Y esta vez no pudieron frenarle. Sus penetraciones destartalaron la defensa local. Cuando las ayudas llegaban, LeBron se las ingeniaba para hacerle llegar el balón al compañero mejor colocado: Shumpert, Dellavedova (de nuevo titular por la ausencia de un Irving que será duda hasta el último momento para el 'Game 3'), James Jones. Los 12 triples de los Cavs contrastaron con el pobre 6/26 de un equipo que vive del acierto de sus tiradores, negados últimamente cara al aro. 

A lo que hay que sumar la vital importancia que juega su pareja interior, la que forman Paul Millsap y Al Horford. No están a su mejor nivel físico, lo que se nota y mucho a la hora de cerrar el aro. Sirva de ejemplo los 11 rebotes que lograron entre ambos, cinco menos que los 16 que capturró un hiperactivo Tristan Thompson. Y es que, como ya sucediera en el sexto encuentro de la serie ante los Bulls, muchos de los secundarios de Cleveland dejaron buenas sensaciones. Pese a su 4/13 en tiros, el ya mencionado Dellavedova cumplió, Shumpert fue una auténtica amenaza exterior y con sus 16 puntos se resarció de su mala noche anterior... Actuaciones todas que dejaron en un segundo plano a un J.R. Smith que estuvo lejos de la incidencia mostrada en el desarrollo del primer duelo.

En plena vorágine de LeBron ("¿realmente vas a hacerme esa pregunta?", repsondió Blatt a un periodista que le preguntó sobre lo que significa tenerle bajo tus órdenes), el partido se fragmentó tras la reanudación en cosa siete minutos. Los que fueron necesarios para pasar del 50-54 al 58-78. Faltaban aún 3:36 para la conclusión del tercer periodo, pero los Hawks scaron ya la bandera blanca, incapaces de ver aro (31,8% de acierto en el cuarto). 

No cabe duda, el papel de los de Budenholzer a lo largo de estos Playoffs está resultando decepcionante. Hace tiempo que perdieron la frescura y circulación en su juego que les llevó a amasar 60 triunfos en liga regular. Tiene mérito que hayan conseguido llegar a esta penúltima ronda, pero ante LeBron, si no estás al 100%. todo la cuesta arriba se empina el doble. "En la postemporada tienes que hacer las cosas con mucha más dureza", admitía tras la debacle de los Hawks su técnico. Pero pese a ello, no pierden la esperanza. "Nuestro reto es ir ahora a Cleveland y jugar mejor. Prepararnos para competir", destacaba el propio Budenholzer. Más optimista (o temerario) se muestra Bazemore: "Sigo pensando que somos mejor equipo, lo que pasa es que aún no lo hemos demostrado". Pero para poder volver a jugar en el Philips Arena ante su público, necesitan pescar al menos un triunfo en Ohio. Algo que a juzgar por lo visto esta madrugada se antoja complicado. Con el partido ya roto, Atlanta (lo mejor de su partido fueron las camisetas retro con las que jugaron) únicamente pudo maquillar el resultado en los minutos finales a la par que el público iba abandonando el pabellón.

Sin un Irving cojo enfrente, Teague no pudo brillar como 48 horas antes. En lo poco que estuvo sobre el parqué, Schroder resultó mucho más peligroso para Cleveland. DeMarre Carroll finalmente pudo jugar, aunque no en perfecto estado. Le tocó con la más fea, bailar con LeBron. "No hubiese dejado escapar la oportunidad. Hubiese salido aunque fuera con solo una pierna", explicó más tarde. Y por si fuera poco, en el tercer cuarto Korver sufrió la embestida fortuita de Dellavedova, teniendo que abandonar el partido al sufrir un esguince en el tobillo derecho. Poco después, ya en los últimos 12 minutos, Horford sufrió un golpe en la rodilla derecha tras poner un bloqueo a Shumpert. Sin embargo, lo del dominicano no parece tan preocupante al poder regresar poco después. Los contratiempos se acumulan en unos Hawks más necesitados que nunca de un golpe de timón. Los Cavs están ya con un pie en sus segundas Finales.