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REAL MADRID - OLYMPIACOS

Asalto a la Novena

El Real Madrid, sediento de gloria en la final de Euroliga ante Olympiacos (20.00 horas, Canal+ Dial 59 y Canal+ Deportes). Spanoulis es el último obstáculo.

Madrid
Printezis y Laso, junto al trofeo por el que lucharán sus equipos.
Printezis y Laso, junto al trofeo por el que lucharán sus equipos.JAVIER GANDUL
REALMADRID TV

Sería un fracaso perder la tercera final seguida?, pregunta al mentón de Laso. Respuesta: “No pienso en perder”. El viejo trono de Europa aguarda aún el regreso del Madrid, en busca y captura de la Novena desde 1995. Veinte años después la ansiedad de la institución y de la hinchada va en aumento, pero antes de embarcarnos en el todo o nada, conviene echar una mirada al pasado. Y al recorrido de este equipo en los últimos cuatro cursos. El Madrid arrostra esta tarde su tercera final continental seguida, favorito de nuevo en las apuestas (1,3 a 3,5), cuando en los 32 años anteriores (de 1981 a 2012) solo disputó dos (derrota en 1985 ante la Cibona de Petrovic y triunfo en 1995 ante… sí, el Olympiacos). La 17ª en total, más que nadie. Su tercera final consecutiva además por primera vez en 39 años (1976) y duodécima de quince posibles desde el advenimiento de Laso.

El contraste entre el presente y las tres últimas décadas es tan descarnado que conviene hacer un alto para recordarlo. La clave tras las derrotas de Londres 2013 (sí, de nuevo el Olympiacos) y Milán 2014 (Maccabi) era simple, pero difícil a la vez: apostar por Laso y por el bloque, reforzarlo si se podía (Ayón, Nocioni, Rivers­…). Estabilidad para volver. Al Madrid le faltó entonces más espíritu y más acierto, y cree haberlo encontrado. Quedan horas para corroborarlo. O no, claro.

Le espera el mejor equipo de este lustro, con cuatro finales desde 2010 y dos títulos, un bloque al que el Madrid impidió hacer historia. Más historia, porque la campaña pasada le eliminó en un durísimo play­off a cinco partidos (3-2). Tres victorias blancas en un Palacio que cortó el hilo que hilvanaba el asalto de los de El Pireo al tercer trofeo seguido. Algo que no alcanzaron ni el Madrid de los sesenta ni el Varese de los setenta. Apenas el ASK Riga en las tres primeras ediciones y la mítica Jugoplastika. A partir de 2011 solo el Madrid le ha apartado del camino, y de nuevo solo el Madrid (el de los cuatro mosqueteros, como le gusta decir a Luyk por los Sergios, Rudy y Reyes) puede dejar sin gloria a un Vassilis Spanoulis que todavía no conoce la derrota en la Final Four: siete triunfos en siete partidos.

Dice un colega griego que el Olympiacos es la Juventus con Messi. Se lo compramos. Una Juventus que entiende al enemigo, que utiliza su fuerza para hacerse más fuerte. Que absorbe la energía del rival hasta el toque de corneta, cuando Spanoulis lo decide todo. Ocho puntos en los últimos dos minutos frente al CSKA. Ocho sin un palmo de libertad y tras levantar una losa que le atrapó de inicio: 0 de 11 en el tiro. Sloukas, un aprendiz de Vassilis, y Printezis mantuvieron a flote la nave hasta que apareció el capitán general. La mantuvieron a flote en ataque, porque en defensa ya se encargaba un enjambre de abejas de cuerpos atléticos que aguijonean como centellas. Son los Dunston, Petway, Darden —el madridista—, Lojeski, Mant­zaris… Y la aparición de Papapetrou. El equipo que mejor encara los instantes decisivos en Europa. Y la mejor defensa ante el Madrid más sediento de gloria de toda su historia. La Novena, ya saben. Que lo disfruten.