GIPUZKOA 74 - FUENLABRADA 86
El Fuenlabrada resurge de sus cenizas y Jesús Sala se estrena
El técnico sumó su primera victoria en ACB y el 'average' tras prórroga ante el GBC. Rompen una sequía con cinco derrotas seguidas: a dos de la permanencia.
El parto de la séptima victoria para el Montakit Fuenlabrada fue doloroso a más no poder. Con prórroga incluida. Adiós a cinco derrotas seguidas y un sinfín de penurias. En dos jornadas, en el viernes del puente de mayo, visita a Manresa que puede aclarar muchas cosas por abajo. De haber perdido, uno de sus pies estaría ya pisando la LEB Oro. Además, se llevó el 'average' ante un GBC que se desangra: dejó marchar a Taquan Dean por falta de liquidez, ha incorporado a Abercrombie (sólo jugó 3:20 y se le notó muy perdido), y su ataque cojea cosa fina. Y más si Jordan, otro sostén básico, sólo anota un punto en 39 minutos en la madera (aunque, eso sí, dio 11 asistencias).
El Montakit exhibió su mejor cara en muchos meses. Ganaba por trece (26-39) y supo soportar los arreones locales, liderados por Dani Díez. Porque durante mucho tiempo fue un pulso entre el exmadridista y Andy Panko (dos jugadores de un perfil similar), pero al final se incorporaron más elementos. el juego arrancó con tembleque por todas partes, habida cuenta de lo que había en juego. Y eso que Smits metió un matazo en contraataque pleno de fuerza: 7-4 (luego se sentó y no jugó más). Con 14-6 se prometía aire donostiarra sobre un partido que parecía un playoff de aquellos por la permanencia. En ese momento Franch falló una bandeja de forma increíble tras espectacular tuya mía con Hanley. Pidió tiempo puerto Sala, contestado con 0-4 y a los locales se les oxidó la artillería durante más de cinco minutos.
El Montakit no le apuntaba a una bañera: 0/10 en triples, pero llevaba el juego más o menos controlado. Alberto Díaz rompió la sequía desde la distancia. Con 49-56, el GBC sacaba brillo a 21 puntos de Dani Diez. Panko llevaba los mismos, pero a diferencia de los pupilos de Ponsarnau, todos sus compañeros, excepto Jorge Sanz, habían anotado. El base recuperado del Peñas de Huesca, incorporado el jueves, puso mayor ritmo cardíaco a la defensa madrileña.
Doblas y Cvetkovic recibieron una técnica doble. Síntoma de que la tensión iba creciendo. Jordi Grimau tiró del carro en un momento comprometido, con un tapón, un rebote y ocho puntos seguidos, incluyendo en el lote una bomba a la carrera, para creer en la remontada. Con algo más de un minuto por desarrollar, llegó el empate a 67. Aquello era un carrusel de triples. Clark logró que la red tragara un triple triple a falta de 20 segundos, pero le contestó Iarochevitch en ocho. en la jugada final, con saque de medio campo, Alberto Díaz se precipitó un tanto con un tiro a media distancia, cuando podía haber cedido a Akindele para que jugase el uno contra uno.
La prórroga fue absolutamente fuenlabreña. Panko (considerado en Illumbe como un baloncestista de la casa) llevó al equipo hasta ahí con una actuación portentosa y el 4-16 fue un duro palo al GBC, pues entregó un 'average' que cualquiera sabe si al final decidirá quién desciende (este año sí podría haber caída a la segunda categoría si Ourense o Breogán lo logran en la pista, a la espera de qué pasa con Burgos). La zona de peligro la tiene el cuadro guipuzcoano a un partido. Un equipo que hace tres puntos en once minutos, que exhibe en un partido trabado tal imagen de impotencia no puede esperar grandes alegrías en el futuro.