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ZALGIRIS 72 - BARCELONA 83

El Barça sí carbura en Europa

Tras el desastre en Valencia, sólido triunfo en Kaunas, sexto seguido en el Top-16. Brillan Pleiss y Abrines. El segundo puesto queda casi cerrado y el primero, todavía a tiro.

El Barça sí carbura en Europa
VALDA KALNINAEFE
ATLAS

El Barcelona de Kaunas (8 victorias en 8 visitas, 15-1 histórico al Zalgiris) no fue excepcional pero sí sólido, colectivo y concentrado. Es decir, a años luz de la segunda parte de Valencia, sólo tres días antes. El Barcelona de la Euroliga (4 derrotas en toda la competición por las 8 de la ACB) ganó con una autoridad incontestable en pista de un clásico que se queda con más de un pie fuera del torneo. Suma tres triunfos seguidos a domicilio en tres plazas de renombres (Atenas, Belgrado, Kaunas), y suma sobre todo seis triunfos seguidos, toda una vuelta desde la derrota en el Palacio ante un Real Madrid que juega la semana próxima en el Palau. En total, 9-3 y el derecho adquirido de ver el Madrid-Maccabi del viernes con tranquilidad y curiosidad: si ganan los blancos, el Barcelona será matemáticamente segundo y tendrá factor cancha a favor en cuartos aunque el liderato pasaría por remontarle al Real Madrid los 24 puntos de la paliza del Palacio. Improbable como mínimo. Si pierden los de Laso, el Barça seguirá con un solo partido de ventaja sobre Maccabi pero le bastaría cualquier triunfo en el Clásico para colocarse primero. Algo que parecía imposible cuando salió 3-3, y rejoneado, de su visita a Madrid.

Hechas las cuentas, el partido: el Barcelona resultó, no siempre lo está haciendo en los últimos meses, estable e intenso durante los cuarenta minutos. Se escapó al inicio del segundo cuarto (16-28) y llevó siempre la ventaja en torno a la decena, pegando tirones y encajando pequeños parciales de un Zalgiris caótico para lo bueno pero sobre todo para lo malo. Con todo, hubo partido hasta el último cuarto, en realidad hasta que dos triples seguidos de Abrines convirtieron un 60-69 en un 60-75 definitivo. Con pocos centímetros en la zona y su estilo anárquico en ataque, el equipo lituano vivió durante los tres primeros cuartos de un James Anderson en estado de gracia (24 de los primeros 53 puntos de su equipo: ya no anotó más). Ni Cherry es un director ni Javtokas hace ya nada que no sea dar golpes destemplados. Sólo Milaknis echó una mano en un equipo que está hoy por hoy lejos del nivel de los ocho mejores de Europa.

El Barcelona capitalizó su ventaja en el rebote y las 15 pérdidas del Zalgiris para sacar más tiros y más posesiones. Todo es más fácil cuando entran los triples (7/15, tres en el descabello del último cuarto), una pesadilla desde la final de Copa, y cuando funciona el fondo de armario. Cuando Tomic hizo dos faltas rápidas (jugó cinco minutos en el primer tiempo), apareció la mejor versión de Pleiss: 14 puntos y 7 rebotes. Una de esas actuaciones que sugieren que quizá no haya que desistir todavía con este jugador, tantas veces compungido. Además, Thomas hizo de todo, Satoransky ganó por enésima vez desde Navidad la batalla de la dirección a Marcelinho y Abrines afinó puntería, de vuelta otra vez tras lesión. El mallorquín es un jugador esencial en un equipo que sigue buscando solidez en su rotación exterior: Hezonja fue descartado, Oleson se cargó de faltas y Jackson pasó de puntillas por el partido. Navarro no existió en el primer tiempo pero anotó después dos triples seguidos en el primer partido de toda su carrera ante el Zalgiris (13 en total) en el que no llegó a las dobles cifras de anotación.

El Barcelona jugó bien. No excepcionalmente bien pero sí muy bien si se compara este partido (o el de Belgrado, o el del Palau ante el Maccabi…) con esa versión descafeinada de Las Palmas o Valencia, la que suma un 2-7 en sus últimas nueve salidas ACB. Tiene casi garantizado el factor cancha en cuartos, algo que parecía muy cuesta arriba hace no tanto, y sigue muy vivo mientras busca las sensaciones de aspirante a campeón que ahora mismo no tiene. No desde luego con la continuidad necesaria. Pero sigue muy vivo, y mientras esté ahí…