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GIPUZKOA B. 66-LABORAL KUTXA 95

El Laboral Kutxa no encontró rival y mantiene su progresión

El conjunto alavés jugó con una marcha más que los locales y con el triángulo anotador Iverson-Bertans-Adams enseñó la matrícula a un Gipuzkoa Basket ausente en defensa.

El Laboral Kutxa no encontró rival y mantiene su progresión
Juan HerreroEFE
ACB

El Laboral Kutxa no tuvo problema alguno para superar a un desconocido Gipuzkoa Basket (66-95) en el derbi vasco disputado este domingo en San Sebastián, que permite a los de Vitoria mantener su progresión en la tabla y afrontar el tramo final de la temporada en magníficas condiciones.

El conjunto alavés empezó el partido con una marcha más que los locales y con el triángulo anotador que tenía sus vértices en Iverson, Bertans y Adams tomó el mando en el marcador y enseñó la matrícula a un Gipuzkoa Basket ausente en defensa. La velocidad que el quinteto vitoriano imprime a todas sus acciones, tal y como había advertido Jaume Ponsarnau, se reflejó con toda su crudeza para los donostiarras, que seguían muchas veces con la vista a su rival porque por piernas era imposible detenerles al contraataque.

La entrada de Dani Díez no significó un punto de inflexión en el choque, ya que el Gipuzkoa Basket no pudo socavar la solvencia ofensiva de los alaveses, que mostraron un acierto enorme desde el triple y cerraron un primer cuarto de ensueño para ellos con 12 puntos de diferencia.

No bajó la guardia Laboral Kutxa que quería dejar ya muy encarrilado el partido antes del descanso y, con el descaro y acierto monumental desde el triple (70 %), donde brilló San Emeterio para martillear una y otra vez el aro de los Illunbe, hizo que los azules se fueran a vestuarios con la cabeza gacha.

Veinte puntos de diferencia a mitad de partido era ya un imposible de remontar para el Gipuzkoa Basket, sobre todo porque los de Ibon Navarro se convirtieron en una apisonadora de buen baloncesto y no bajaron un minuto la guardia ni su actitud, por lo que la renta siguió en crecimiento durante la segunda parte.

El intercambio de canastas y la práctica de tácticas y probaturas que puedan ser de referencia para futuros partidos fue la tónica del último cuarto de partido, en el que la clara victoria del Laboral Kutxa no pasó ni por un asomo de riesgo como ha podido ocurrir en partidos anteriores y los vitorianos se dedicaron a gestionar sin problemas su enorme diferencia.