Al descanso el Bilbao llevaba 1/11 en triples. En siete minutos tras el descanso sacó a pasear su mano tonta y empaquetó siete de siete supercanastas intentadas. Una por minuto, así de sopetón. El marcador se lo premiaba con un 66-48. Un total de 21 de los 29 puntos del tercer cuarto los manufacturó desde el extrarradio. Quedaban 13:12 por jugar pero la faena estaba hecha. Un equipo de pequeñitos revolucionó el partido ante un Gran Canaria muy largo pero irregular y tal vez erosionado por su participación europea el miércoles. Colom, Raúl López, Bertans y Mumbrú se sumaron al frenesí triplista. El Bilbao no se cae de la cuarta plaza y olvidó penurias recientes: el lapsus pugilístico del derbi ante Baskonia y el desastre de Murcia.

El partido arrancó con un saludo por megafonía y ovación popular a Dejan Todorovic, que cumplió su segundo partido de suspensión. Tavares puso dos tapones en los cuatro primeros ataques locales y sembró el pánico. Luego Marko Todorovic (Daryl Morey, general manager de Houston Rockets, que tienen los derechos del cinco cedido por el Barcelona, anunció su presencia en la grada para ver al pívot) supo leer mejor los ataques: sacando al gigante amarillo a cuatro metros y en el poste bajo cuando le relevaba Kendall. Aíto siempre va a su ritmo, proponiendo cosas sin fijarse mucho en el enemigo: negó el pick and roll central, obligó a dos contra uno contra el hombre balón en ocho metros y dispuso de quintetos variados, incluidos uno con la referencia de Tavares y otro muy pequeño.

Curiosamente con el mejor Raúl López de la temporada el Bilbao no pudo despegarse: metió diez puntos y dirigió bien, pero el Granca se fue a su máxima diferencia: 19-26. Salió Colom, que había tenido un arranque defectuoso, y fue un tsunami para el finés Salin, el último fichaje amarillo, que se puso en marcha con las instrucciones de andar muy pegado al andorrano y realizó cuatro faltas en nueve minutos, antes del descanso.

Junto a Colom (en su partido 200 en la élite), Latavious formó con Todorovic por dentro y la movilidad del norteamericano hizo mucho daño al más estático Tavares, como en el partido de la primera vuelta en Las Palmas. El caso es que un parcial de 9-0 llevó el asunto al 32-28. Raúl salió de nuevo y decidió el partido. Le empezaron a entrar los tiros y le dio una seguridad pasmosa. Llegó el festival de triples y Colom tocó la tecla precisa en dos minutos geniales: había que se muy vertical para romper los dos contra uno del perímetro insular y su gran defensa posicional. El Granca pudo reparar un poco la grieta en su carrocería y se acercó a nueve.

Borg tiene piernas y mucho arrojo y echó un cable en un momento de duda. Matrícula de honor para los bases de negro, combinados con Mumbrú de cuatro para correr y arriesgar. Bertans se destapó con 30 de valoración y cuando todo se acelera se siente en su salsa: su versatilidad y tiro exterior lucieron como en las grandes matinales. Este juego a veces también es para pequeñitos. “La victoria supone pasar página de muchas cosas”, valoró Sito, al que siempre resulta especial ganar a Aíto, su maestro. “El partido de hoy lo ha ganado Raúl López al 95%”, sentenció.