MOVISTAR ESTUDIANTES 66-CAI ZARAGOZA 61
El Movistar Estudiantes gana al CAI como mejor sabe: sufriendo
El equipo colegial entró en el último minuto con seis puntos de ventaja y 50'' después ya sólo era uno. Landry, 17 tantos, máximo anotador del encuentro.
El Movistar Estudiantes es un equipo fiel a su tradición. Esa que dice que para ganar hay que sufrir y hacer sufrir a sus aficionados y contra el CAI Zaragoza (66-61) no iba a cambiar, ya son muchos años. Último minuto de infarto el que se vivió en el Palacio de Deportes para que los colegiales se llevaran su décima victoria y seguir en tierra nadie tras una temporada en la que han vivido todas las situaciones posibles: del peligro del descenso al mar en calma de la mitad de tabla, pasando por el sueño de los playoffs.
Ambos equipos llegaron al partido en plena fiesta. No era para menos. Estudiantes y CAI llegaban de cumpleaños. 1.200 encuentros cumplían los madrileños en ACB y 200 los aragoneses. Pero también hubo tiempo para el recuerdo antes del salto inicial. Los ramireños apoyaron al lesionado Fede Van Lacke con una camiseta y Javi Salgado dio un obsequio a Pedro Llompart en recuerdo del fallecido técnico del CAI, José Luis Abós.
El partido comenzó con otro clásico en el pabellón madrileño: los equipos visitantes lanzaban toda su artillera sobre la zona local. Norel (9 al final) se hacía un castillo en el interior y respondía con contundencia el buen inicio de Simpson (13 puntos y si llega haber anotado algún tiro libre más -3/9-...), para llegar al final del cuarto dos arriba los aragoneses (12-14).
Pero como también pasa, los visitantes olvidan la zona y se dedican a otras cosas. Los ajustes y la intensidad defensiva de los hombres de Vidorreta son claves para tapar la falta de hombres altos en la plantilla y hacen que los contrarios acaben buscando otras vías en ataque y el CAI lo logró tras el descanso con un soberbio Jelovac (5º mejor valorado de la ACB y 2º en anotación) que desatascó los casi seis minutos sin anotar del Zaragoza en el tercer cuarto.
Jelovac llegó a esos 10 minutos con cero puntos y acabó con 12 ese periodo (14 al final) para recortar la renta de +10 cosechada por el Estudiantes (38-28) al principio del tercero con dos tantos de Aradori y un triple de Bircevic (uno de los dos medallistas de plata con Serbia de la última Copa del Mundo junto a Katic). De los diez se llegó al empate a 50 y de ahí al carrusel de pequeñas ventajas madrileñas y reacciones aragonesas que condujeron a ese último minuto, donde el Estu tras dos tiros libres de Jaime Fernández se puso seis arriba (62-56).
Pero, en un abrir y cerrar de ojos, por mala suerte y alguna otra mala decisión, el CAI, luchador e inquieto, se puso a uno (62-61), con cinco puntos seguidos de Landry (un tiro de dos y un triple), máximo anotador del partido con 17, y el genuino y no copiable nerviosismo en las gradas estudiantiles apareció. Pero, aparte de sufrimiento, siempre hay ADN de calidad y garra en las filas del Estu. Esta vez fueron Aradori, con dos tiros libres, y Jaime Fernández, con un tapón a Landry, los que resolvieron el problema para los de Vidorreta.