Green (23) y dos diabluras de Curry funden a los Clippers

Lo Warriors siguen siendo el mejor equipo de la NBA, con permiso de los Hawks. Tienen el mejor récord de la Liga (49-12 por el 49-13 de Atlanta) y entusiasman con esa frescura apabullante que derriba a sus contrincantes en cuanto estos se descuidan. Este domingo despacharon a unos Clippers que no terminan de convencer (106-98), en un tercer cuarto primoroso que tuvo dos protagonistas: Draymond Green (23 puntos, 10 en ese periodo) y Stephen Curry.

El mágifico base del equipo de la bahía de San Francisco estuvo lejos de su mejor actuación estadísticas en mano (12 tantos y 4 asistencias), pero dos diabluras suyas bastaron para romper el partido. Fueron dos triples consecutivos con el marcador en un ajustado 59-52. El primero fácil, finta al defensor, pasito a un lado y tiro certero. Pero el segundo, ay el segundo... estratosférico. Dribling por detrás del bloqueo de Bogut, crossover, bote por detrás de la espalda, salida a la línea de tres y zarpazo a la media vuelta. Y claro, afloró desde la grada una tonada ya clásica: "M-V-P, M-V-P". El 65-52 resultante lo consolidaron entre Green, Thompson y un magnífico Shaun Livingston (21 puntos y 8 rebotes saliendo desde el banquillo).

Chris Paul cumplió con un doble-doble para los angelinos (14 puntos y 11 asistencias) y Austin Rivers, el hijo de un circunspecto Doc, anotó 22 (algunos cuando ya estaba el pescado vendido) por 18 de Redick. Pero los de California, que no han aguantado demasiado mal la orfandad por la ausencia de Blake Griffin, se descosen ante equipos de tanta categoría si vienen mal dadas. Después de plantar cara en los dos primeros cuartos (29-28 y 28-22 para un 57-50), no pudieron soportar la rabiosa juventud ni el entusiasmo contagioso de Golden State. Y ya tienen a los Spurs soplándoles el cogote, a un sólo triunfo en lucha por las plazas cuarta y quinta del Oeste.