PANATHINAIKOS-BARCELONA
Un clásico con sabor a final por el factor cancha en cuartos
Barcelona y Panathinaikos dirimen otro capítulo de un duelo ya histórico en el baloncesto europeo: 21-13 para el Barça, que ha ganado los últimos siete y necesita la victoria.
Sin demasiado brillo, el Barcelona cumplió en el Palau ante Galatasaray y Alba Berlín y se posicionó para jugarse el factor cancha en cuartos en los dos partidos que juega ahora en el Top-16: en Atenas ante el Panathinaikos y en su pista ante el Maccabi. En el OAKA defiende además cuatro puntos de average (80-76 en Barcelona) del mismo que ante el actual campeón sólo debería recuperar los dos de la estrambótica derrota en Tel-Aviv (70-68). El Barcelona todavía no ha ganado a domicilio en esta segunda fase y desde luego ha llegado el momento de hacerlo: marcha 5-3, como Panathinaikos, por el 6-2 de Maccabi y el 7-1 del Real Madrid. Estos dos últimos tienen que pasar por el Palau en la resolución de un grupo del que se caen sin remisión los ya desahuciados Estrella Roja y Galatasaray y también los perseguidores Zalgiris y Alba, ambos en 3-5. En condiciones normales Real Madrid, Maccabi, Barcelona y Panathinaikos deberían estar en cuartos y la batalla por tener factor cancha en esa ronda (por las dos primeras plazas del grupo) pasará a ser instrumental en esta ya iniciada segunda vuelta. En el otro grupo, además, todo apunta a que los dos primeros saldrán del temible trío Olympiacos-Fenerbahçe-CSKA. Es decir, el tercero y cuarto tendrán que medir a griegos, turcos o rusos con la ventaja de pista en contra: un infierno.
Para el Barcelona, generalmente infalible en el Top-16, está es una situación nueva. Desde que llegó Xavi Pascual, que precisamente debutó como primer técnico azulgrana en el estreno del Top-16 de la temporada 2007-08, el Barça siempre ha jugado cuartos de final y sólo en aquel 2008 tuvo que hacerlo sin el factor cancha a favor: cayó 2-1 ante el Maccabi. Desde entonces, seis temporadas seguidas con esa ventaja en el playoff, lo que ha sido casi una garantía de éxito: cinco cuartos superados y cinco presencias en la Final Four. Y sólo una derrota, en 2011 y ante el Panathinaikos, que ganó el segundo partido en Barcelona y los dos de Atenas, un 1-3 que resultó traumático para un Barça que defendía el título logrado en París en 2010 y que se quedó a las puertas de una Final Four que se iba a disputar además en su Palau Sant Jordi.
El Barça llega mejor: siete triunfos seguidos
Así que el partido resulta trascendental para el Barcelona que, en su irregular versión actual, saldrá de Atenas cerca de la pole position o seriamente rezagado en esa pelea por, como mínimo, la segunda plaza del grupo. Un triunfo supondría además un serio rearme anímico para un equipo ciclotímico desde hace demasiadas semanas. Y sería, por último, otro derechazo al mentón del que es seguramente su enemigo más íntimo a nivel continental (dejando a un lado la obvia rivalidad doméstica con el Real Madrid). Los Barcelona-Panathinaikos son ya un clásico del baloncesto europeo: 34 enfrentamientos con un balance de 21-13 a favor del Barça, que lleva siete triunfos seguidos ante los verdes, tres de ellos en su infierno del OAKA. De hecho, el Panathinaikos dominaba 2-1 la serie de cuartos en 2013 y el Barcelona le dio la vuelta con un gran triunfo en el cuarto partido en Atenas y la puntilla en el Palau, en el quinto. A esos dos triunfos han seguido otros cinco, tres esta misma temporada (dos en la primera fase y el de la ida en el Top-16). En estos duelos, además, siempre pasan cosas: en la visita del Barça al OAKA en diciembre hubo amenaza de bomba en el descanso y claro triunfo azulgrana en el que era el partido 500 de Pascual al frente del equipo. El técnico de Gavá tiene una marca personal 14-5 contra un Panathinaikos al que domina además 10-0 en todos los partidos que no se han jugado en eliminatorias de cuartos (primera fase, Top-16, Final Four).
Pascual (137-36 total en sus ya más de siete años como técnico de Euroliga) vuelve a medirse además a Dusko Ivanovic, al que sustituyó en el banquillo del Barcelona en febrero de 2008. Diamantidis jugará su partido 22 contra el Barcelona y Navarro, el número 20 contra el Panathinaikos. Ambos equipos se repartieron siete Euroligas entre 2000 y 2011, 5-2 para un PAO que sumó además su primer título en 1996, ante el Barcelona y en la final del tapón ilegal de Vrankovic a Montero. En presencias en Final Four, el Barça manda 14-11 en un ya eterno duelo de gigantes del continente que vivirá un nuevo episodio, esta vez con mucho en juego. Partidazo.