Alejandro Martínez lleva once campañas en el mismo equipo

La exigencia de la élite no casa bien con una carrera larga en un mismo club. Y menos si eres entrenador. Pero siempre hay excepciones, como la de Alejandro Martínez (1966). Vive su undécima temporada seguida como primer técnico del Iberostar Tenerife (CB Canarias) y aún le resta otra de contrato. Cerca ya de las 14 que hilaron Lolo Sainz en el Real Madrid y Javier Imbroda en Málaga.

Estabilidad como baza para competir, y el resultado no puede ser mejor. El equipo aurinegro ha ascendido bajo su batuta desde la tercera categoría hasta la Liga Endesa y afronta su tercera campaña en la élite. A un triunfo del playoff. Nos lo cuenta Alejandro Martínez: “La directiva ha tenido muchas oportunidades para despedirme. En mi segunda campaña estuvimos cerca de descender a la EBA (cuarta división) y el primer año en la ACB empezamos 0-6. El año pasado encadenamos nueve derrotas... Pero nunca hemos dejado de crecer y lo han valorado. Hemos construido un equipo con una base sólida, con Jaime Heras que suma 12 temporadas, llegó incluso una antes que yo, y con Levi Rost que vino en 2006 y lleva siete en el club. Un americano polivalente con buena ética de trabajo. Buscamos la continuidad del proyecto y no empezar de cero cada Liga. No quiero dos jugadores decisivos, sino un grupo compatible y una rotación larga. Además, el club hace las cosas bien: cobramos al día y es importante”.

Martínez fue periodista antes que entrenador. Trabajó once años en el Diario­ de Avisos de Tenerife y no descarta el regreso. Dice encajar las críticas: “Por mucho titular ofensivo que lea, nadie será más crítico que yo. Intento ayudar a los medios porque tenemos que vendernos más. La competencia con el fútbol y otros deportes es difícil. La solución quizá pase por la televisión, por mejorar las retransmisiones y explicar el baloncesto. Nos matan los tiempos muertos, los parones, el juego lento... A los que empiezan a seguirnos, la táctica les resulta pesada”.

Viaja mucho a EE UU: “Allí el espectáculo prima, el circo alrededor de los partidos es magnífico. Siempre pasa algo dentro y fuera de la cancha. Lo ideal sería el término medio, pero siempre con juego alegre y ofensivo”. A su equipo se le ha comparado con el Madrid por su vocación de ataque: “Nos permitió ascender y nos funcionó al principio en ACB, luego nos calaron y tuvimos que adaptarnos. En los últimos cinco partidos hemos sido la mejor defensa. Pero sí, la gente paga por ver puntos, espectáculo”.

En 1988 fue delegado en el Tenerife de un Gomelski­ que acababa de ganar el oro olímpico: “Como jugador estaba el padre de Beirán y el 31 de diciembre nos hizo ir a entrenar a la playa. Me pidió grabarlo y mandó la cinta a Moscú. Sólo quería que sus amigos vieran cómo vivía en España”. Ahora, 26 años después, el delegado es el entrenador.

Mejri ocupa la plaza de Nocioni

El Madrid quiere que Nocioni se recupere con calma del esguince de la Copa y le ha dado de baja para incluir a Mejri. En el Iberostar, Sekulic está mermado. “Tienen una rotación amplia capaz de anotar —dice Laso—, es un equipo imprevisible”.