BLAZERS 115 - THUNDER 112
Westbrook es humano aunque parezca la contrario (40-13-11)
Pese a su tercer triple-doble consecutivo, dos fallos suyos en los segundos finales dan la victoria a los Blazers en un partido con sabor a playoffs. Gran LaMarcus (29-15).
Aunque parezca lo contrario, Russell Westbrook es humano. Podríamos empezar a pensar que no lo es si sus Thunder no hubiesen caído en un final agónico (115-112) ante los Blazers. En un partido con aroma a playoffs, pudo haber forzado la prórroga en dos ocasiones, pero primero erró una bandeja a 6,3 segundos para la conclusión y poco después falló el primero de los tres tiros libres de los que dispuso a 2,5 segundos. No obstante, hay que quitarse el sombrero ante una nueva actuación deslumbrante que desembocó en su tercer triple-doble consecutivo (quinto del curso). Una hazaña que nadie repetía desde que LeBron la lograse en marzo de 2009. Por aquel entonces, 'King' james iba en camino de conseguir el primero de sus cuatro MVP's. Es más, en los últimos 20 años sólo hay otros dos jugadores que lo hayan hecho: Grant Hill (en abril de 1997) y Jason Kidd (en enero de 2008).
En el MODA Center de Portland, Russell firmó una estadística de 40 puntos (13/32 en tiros de campo), 13 rebotes y 11 asistencias. Empieza a ser habitual verle moverse en estos guarismos. Y eso sí que asusta. Como también da miedo el mes de febrero que ha completado: 31,2 tantos, 9,1 capturas y 10,3 pases de canasta. Unos promedios históricos. Antes, sólo Oscar Robertson podía presumir de haber conseguido un 30-9-10 en un mes natural. Vaya escándalo.
Sin embargo, su entrada en la historia de la NBA resultó algo sombría. Primero, porque su equipo vuelve a poner en peligro su participación en los playoffs tras dejarse remontar una ventaja de 15 puntos en el tercer cuarto (54-69). Así, OKC vuelve a sentir en el cogote el aliento de los Pelicans (a medio partido de distancia) y de los Suns (a uno). Segundo, porque además de sus fallos cuando el encuentro agonizaba, se enrocó demasiado en convertir el partido en un Westbrook versus Blazers en el último cuarto (como le ocurriera en Phoenix 24 horas antes). Los de Oregón, liderados por Afflalo (vino a Portland para esto) y un sensacional Aldridge (acabó con 29-16), iban comiendo terreno a los de Brooks, lo que hizo que el base (ninguna asistencia en el periodo decisivo) se tomara la guerra por su cuenta. Se olvidó de sus compañeros (a destacar los 20 puntos de McGary y el 14-6 de Ibaka) Se equivocó. Y tercero, porque en la última acción se llevó un rodillazo en el rostro de su compañero Andre Roberson que le dejó dolorido y un buen moratón en la mejilla. Un final que bien podría haber sido otro de haber convertido la canasta decisiva. Habría sido la guinda perfecta a un febrero de ensueño en el que también fue elegido MVP del All Star Game. Pero quién sabe, de seguir así, quizá no sea el único premio que reciba este curso.