A falta de 7 segundos, anota una canasta con la que el Madrid se puso cuatro puntos arriba (71-75). ¿Qué se le pasó por la cabeza?

—Quedaban pocos segundos y lo importante era llegar a tirar y no perder el balón para que el Barça no pudiera anotar una canasta fácil y empatar el partido. Daba igual quién lo hiciera. Tuve la suerte de que encontré el camino fácil.

—Este año no han empezado tan lanzados como en campañas anteriores, ¿eso hace más especial esta Copa?

—No, cada una tiene su momento, su historia. La de Barcelona, en 2012, era muy difícil porque ellos venían jugando muy bien y encima la disputaban en casa. Además, el Madrid llevaba muchos años sin ganar ese título. La del año pasado fue también muy especial por cómo se ganó, con ese tiro de Llull sobre la bocina. Y ésta ha sido de ese estilo.

—El domingo tras la final se acordaron mucho de Laso en los agradecimientos. ¿Era una muestra de apoyo porque el técnico fue muy cuestionado el pasado verano?

—No, es por eso. El año pasado las cosas al final no nos salieron bien. Todos teníamos en mente lo que había que mejorar para llegar fuertes a la recta final. Ha habido cambios y hemos ido de menos a más. Pero creo que también eso ha sido positivo, porque nos hemos puesto las pilas.

—Habla de la recta final. Me imagino que tiene en mente la Final Four del mayo. Qué se celebre en Madrid, ¿la haría más especial?

—No. Es el título más importante y se nos ha escapado los dos últimos años, así que es especial por sí mismo, sin importar dónde se celebre. Ojalá que este año no se nos resista.