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BARCELONA 85 - VALENCIA BASKET 80

El Barcelona se mantiene a flote

El equipo de Pascual mandó siempre pero no pudo despegarse nunca de un luchador Valencia. Tomic, Abrines y Hezonja, los mejores de un Barça que vuelve a semifinales.

El Barcelona se mantiene a flote
Elvira Urquijo A.EFE
LIGA ENDESA

El Barcelona jugará las semifinales, no se dejó sorprender por un partido trampa y está a una victoria de jugar su sexta final seguida de Copa y la decimoctava consecutiva en competición nacional. Ganó al Valencia Basket y lo hizo con un muestrario de lo que le ha hecho temible y terrible a partes iguales en este primer tramo de temporada: mucho talento en ataque, mucha dinamita exterior y menos consistencia en defensa de la que ha sido marca registrada en la era Pascual. Momentos extraordinarios de sus jóvenes talentos y desconexiones preocupantes. En cualquier caso fue superior a este nuevo Valencia de Duran que es mucho más equipo que hace dos meses pero al que le ha faltado un hervor competitivo. Seguramente sólo uno… pero el que te mata contra el Barça.

El partido fue para el equipo azulgrana una revisión de la leyenda de Sísifo, pero con final feliz. El mito del personaje castigado por los dioses a empujar una roca cuesta arriba por una ladera empinada sólo ver para cómo esta, ya casi en la cima, rodaba de nuevo cuesta abajo. La roca fue el Valencia, que rodó mil veces cuesta abajo pero no evitó una derrota de la que trató de escapar durante más de tres cuartos (desde un 13-13). La cima de la ladera eran los dobles dígitos de diferencia: cada vez que el Barcelona tocaba o rondaba el +10, el Valencia encontraba una forma de sobrevivir: pasó con 28-21, con 44-36, con 57-47, con 71-61… y finalmente con un casi decisivo 82-72 con menos de dos minutos por jugar y antes de un vertiginoso parcial, la última vida del gato valenciano, de 0-6: 82-78, y posesión para el Valencia tras una pérdida absurda de la peor versión de Marcelinho Huertas. Se fueron al limbo dos triples de Rafa Martínez y Dubljevic y no hubo milagro. Sólo susto.

Al Valencia en realidad le penalizó que entre Ribas, Nedovic y Vives se quedaron en 6 puntos, 2/10 en tiro y 5 de valoración. Un agujero en la rotación exterior (sobre todo dada la fiabilidad habitual de Ribas) que puenteó como pudo el recién recuperado Van Rossom, que anotó 8 puntos en la segunda parte. A base de triples racheados, de apretar en defensa (también a ráfagas) y de doblar al Barcelona en rebotes de ataque (6-12 y 14 tiros de campo más), el Valencia estuvo siempre vivo, a veces casi de milagro, a pesar de que Sato fue de más a menos y de que a un Dubljevic heroico le mataron las faltas por tener que pelear con la eterna silueta de un Ante Tomic que fue decisivo sin disparar fuegos de artificio: 14 puntos, 7 rebotes, 8 faltas recibidas… y 21 de valoración.

El Barcelona jugó a ratos, por momentos lo suficientemente bien para no sufrir y en otros lo suficientemente mal para oler a chamusquina. En realidad, ganó porque impuso su profundidad, su variedad de recursos y sus números más constantes de la temporada: 61% en triples (13/21) en un martilleo que le mantuvo siempre a flote y en el que destacó un Abrines que no falló nada de lo que tiró: 16 puntos (4/4 en triples), trece tras el descanso y cuando quemaba la bola. Oleson fue titular y empezó a afinar (3/4 en triples) y Navarro contribuyó lo poco que pudo en un Barcelona entregado a sus armas jóvenes: Pascual jugó los minutos decisivos con relevos de Abrines, Satoransky y un Hezonja que sumó 13 puntos, todos en momentos importantes.

Un cambio de guardia escenificado por la disolución de un Huertas que lleva unos cuantos partidos sin encontrarse y que coincidió en pista con Pleiss en los peores minutos de un Barcelona que descartó a Jackson y usó poco a Nachbar y nada a Lampe. Pascual concentró la rotación más de lo habitual y logró que su equipo fuera mejor que el Valencia, merecedor de otra semifinal. Veremos a partir de ahora.