Anda con una rodilla tocada. ¿Cómo llega?

—Estoy mejor de la tendinitis. Estamos teniendo muchos problemas. Hemos batido el récord de resonancias en un mes. Esto te da más ganas.

—Se siente, por lo tanto, perfecto.

—En Montenegro da mala suerte decir “estoy perfecto”, así que…

—Tercero en valoración de la Liga, Bilbao es su paraíso.

—Me encanta la ciudad y su entorno. Estoy muy bien. Hay buena armonía en el equipo. La única queja: el tiempo...

—¡Que viene de Montenegro, que no es el Caribe precisamente…!

—Por eso llevo seis años fuera de allí (risas).

—¿Está en el mejor momento de su carrera?

—Espero con los años estar mejor. ¿O te refieres a un techo que aún puedo superar?

—Sí, eso.

—Tal vez. Si he podido hacer esto, después de dos años sin jugar, ahora no puedo parar.

—Dijo que ya ha demostrando tener nivel para el Barcelona.

—Pusieron eso en una entrevista, pero no me gustó el titular. No pienso eso.

—¿Tal vez debe ser más duro para ser un ‘top’ en Euroliga?

—Primero era blando para ACB, ahora que juego en ACB y no lo hago en Euroliga debo ser más duro para la Euroliga, luego será para la NBA. Está bien que siempre se busque algo. No me veo más blando que otros jugadores.

—A veces parece ir sobrado.

—¡Bah! No pude entrenarme durante algunos días y no es lo mejor para mí.

—¿Hay miedo al Unicaja?

—En Bilbao no existe la palabra miedo. Como dice Sito, vamos a la Copa para ganarla.