NUGGETS 114 - THUNDER 124
Durant (40) en modo MVP y Oklahoma, a un paso de Playoffs
Partido número 43 con 40 o más puntos, el que más en la NBA desde su llegada a la liga (2007). Los Thunder están a triunfo y medio del octavo puesto.
Sale de un bloqueo, recibe el balón más allá de la línea de tres, se levanta, lanza y anota. Se dirige hacia Westbrook y, enrabietado, suelta: "I'm a bad motherf...". En otro momento, lucha por liberarse de la presión de Kenneth Faried, suelta un poco el brazo y el de los Nuggets acaba en el suelo. Enfadado, le lanza el balón mientras está tumbado. Es el nuevo Kevin Durant. Más enfadado con el mundo, más polémico, más jugador de baloncesto y, quizás, más hombre. Alejado cada vez más de su lacrimógeno y maternal discurso que dio cuando recibió el MVP, ahora el '35' de Oklahoma City no se calla. Como si el galardón hubiera explotado lo malo que había dentro de él. Si quieren la opinión de alguien que lleva viendo y siguiendo a KD y a los Thunder desde 2007: doy gracias por este nuevo Durant. Porque la maldad gana campeonatos.
Ante Denver Nuggets, 'Durántula' logró su encuentro número 43 con 40 puntos o más. Desde su llegada a la liga nadie lo ha hecho tantas veces como él. Entra en trance y todo le sale, plástico, elegante... eso sí que no ha cambiado. Para que se hagan una idea: anotó 40 puntos en 17 tiros, a pesar de que la estadística marque 19, esos dos últimos no le entraron pero ya había llegado a la cifra.
Le favoreció que Oklahoma rompiera el partido en el primer cuarto, nada más empezar, para ir cogiendo confianza sin la presión de tener que anotar sí o sí. Rompió Westbrook, con 10 puntos en los primeros doce minutos, haciendo lo que el equipo necesitaba que hiciese en cada momento, y dejando el protagonismo a su amigo y compañero cuando llegó su hora. 18-38 tras el primer periodo con 10 de Russell y 8 de Kevin. Denver se acercó mediado el segundo (49-57) pero OKC volvió a despegar pilotado por un Durant 'on fire'. Contra los Pelicans, por ejemplo, estuvo errático en los últimos minutos, fallando tiros claros y precipitándose. Esta noche no. Sin esa presión Durant se soltó cuerpo y mente y entró en el trance del que hablábamos antes. Anotó 16 puntos en cinco minutos, incluidos cuatro triples en los últimos 2:35. Ya sumaba 24. 59-73 y a vestuarios.
Llegó el tercero y no bajó el pie del acelerador. 14 tantos y ya llegaba a los 38. Los Nuggets pusieron el miedo en el cuerpo poniéndose a diez nada más empezar el último periodo pero esta vez sí el banquillo de los Thunder resolvió el encuentro. Entre un gran Mitch McGary (17-10), Reggie Jackson y Anthony Morrow abrieron distancia hasta el 97-115. Pero como Oklahoma está en un estado contínuo de estrés y desesperación, Ty Lawson (22) guió otra mini-remontada y Scott Brooks tuvo que meter en pista a Durant y Westbrook (26 al final). 106-115 a falta de cinco minutos. Las estrellas de los Thunder lo cerraron con varias canastas y McGary demostró condiciones para ser importante en ambas zonas. Hace un poco lo que hacía Ibaka (7-7 hoy) hasta que decidió tirar más de tres. Cierra la zona, puntea, llega a muchos tiros y se esfuerza por el rebote ofensivo (5 de sus 10 capturas fueron en ataque), lo que necesitan Durant y Westbrook, vamos.
Con este triunfo, Oklahoma City empata el balance de los Pelicans (27-25) y se queda a partido y medio de los Phoenix Suns, que ocupan la octava posición de la Conferencia Oeste.