El show de Nacho Martín da la sexta seguida en el Palacio

Quién te ha visto y quién te ve. La vida en Movistar Estudiantes en este tramo de Liga es infinitamente distinto a la que se veía al principio de temporada. Vamos, la misma diferencia que existe entre Belén Esteban y Katy Perry. Un mundo. El equipo se divierte y divierte. Y con su triunfo de esta mañana, sexto seguido en el fortín del Palacio, ante el UCAM Murcia mira hacia arriba de forma descarada. ¿Playoffs? Es posible. Era el habitat natural del Estu hace mucho tiempo, así que no es tan descabellado. Un tiempo olvidado que podría estar de vuelta, si los de Vidorreta continúan así, con confianza, fuerza y acierto. Porque ahora tiene nueve victorias, las mismas que los murcianos, y pueden acabar la jornada a sólo una de los ocho primeros. Veremos.

Pero el triunfo no se consiguió por un simple momento de lucidez y alegría colegial. Hubo trabajo ante un Murcia rocoso hasta el descanso, pero que se desplomó en los últimos 20 minutos. El primer cuarto se inició como una fiesta. Anotación elevada, igualdad (22-21) y siete triples: cuatro para Estudiantes (Van Lacke, Bircevic, Martín y Salgado) y tres para el Murcia (Kelati, Wood y Radovic). Mucha pólvora entre dos equipos que han abandonado las inquietudes del descenso. Y se nota. Sobre todo en hombres de clase infinita como Radovic (18) y Lima (12) que no pararon de golpear y mantener a los de Ocampo en el partido. Sobre todo en el segundo cuarto, cuando las acometidas colegiales, eran sometidas por los universitarios, dejando el marcador en un 43-39 al descanso, con un parcial final, rápido y violento, de 3-9 que dejaba el alma inquieta en los asistentes del Palacio.

Pero ahí apareció el show time de Nacho Martín. El ala-pívot estuvo enorme en los siguientes 10 minutos. Anotó cuándo y cómo quiso. Nueve puntos, para un total final de 24, que desquiciaron a la defensa visitante. La confianza de Martín desde principio de temporada es un lujo, pero ahora con el viento a favor... Pero al margen de Martín, la aparición, otra más esta campaña, de Rabaseda tanto en defensa como en ataque (realizó dos mates de concurso para un total de 13 tantos) hizo ascender las distancias en el marcador hasta el 67-57 a la espera de los últimos 10 minutos.

Y ante cualquier amago murciano por poner de nuevo el partido en juego, el Estu golpeo primero. Dos triples (Rabaseda y Aradori) dejaron cualquier tipo de movimiento rebelde en un simple motín, marginando los 16 puntos de un incordio llamado Wood. El encuentro, entonces, entró en otra fase: la lucha por el basket average. 79-65 fue el resultado de la ida y los de Vidorreta trataron de darle la vuelta a esa diferencia. Estuvieron cerca, pero no pudieron. Un recuerdo de los malos tiempos que ya no se borran, aunque está claro que se superan.