TIMBERWOLVES 90 - GRIZZLIES 89
Épico Ricky: 8 puntos en 1:47 para remontar a Marc Gasol
El español se lesionó, fue a vestuarios, volvió y lideró la remontada de los Wolves en los últimos dos minutos. Del 80-87 al 90-89 con un estelar Rubio.
Fue la noche que necesitaba Ricky Rubio. Volver a sentirse jugador, estrella y líder de un equipo NBA. Porque eso es lo que es a día de hoy el español, un líder, y así lo demostró esta noche en el Target Center de Minnesota ante los Grizzlies de su amigo y compañero Marc Gasol. Se hizo daño en el tobillo lesionado cuando más apretado estaba el partido (75-77 a 5:58 del final), pero volvió para ganar, como hacen los grandes. Anotó dos triples y dos tiros libres en el último 1:47 y ganó el partido, sí. Lo ganó él. Y lo perdió Zach Randolph, también, las cosas como son. Vamos por partes.
Cuando Ricky vuelve del vestuario bajo la atronadora ovación de su afición quedaban cinco minutos para el término del encuentro. Memphis ganaba 75-79 y se puso 78-85 después de un gran movimiento de Marc. Rubio falla una bandeja, anota Pekovic y Jeff Green sube el 80-87 al marcador. El reloj marca dos minutos. La posesión de Minnesota avanza hasta que el balón vuelve a Ricky, que no se lo piensa y lanza de tres. Dentro. 1:47 para el final. Courtney Lee y Andrew Wiggins anotan sus tiros libres y el encuentro llega al último minuto con 85-89 para los Grizzlies. Conley falla un tiro en suspensión, Wiggins hace lo mismo pero Thaddeus Young logra coger el rebote. Balón para Ricky, que se escora un poco y anota un triple tras bote como pocos le hemos visto. '¡One point game! ¡Wow, Ricky Rubio!', grita el narrador. Quedan 30 segundos y Memphis tiene posesión ponerse tres arriba. La pelota llega a Zach Randolph, que se lía y pierde el balón ante la buena presión de Thaddeus Young, que en ese mismo instante le da el balón a Ricky e, inesperadamente, Zach Randolph comete falta para que el español no inicie la jugada. Dos tiros libres para Rubio, que pone a los Timberwolves dos arriba.
La última posesión refleja el poco acierto de Memphis en los últimos ataques del partido. Mike Conley busca a Marc Gasol en el poste alto tras un pick&roll, pero miden mal y el balón termina en manos de Andrew Wiggins. Se acabó. Ganó Minnesota, que hoy 'tankea' un poco menos y es algo más feliz gracias al esfuerzo de un español que podría haberse quedado en el vestuario y no forzar, pero que decidió demostrar por qué él, y no otro, es ahora mismo el líder de los Timberwolves.
Y es que con Ricky Rubio sano, Minnesota lleva un balance de 4-3. Sin él, ya lo saben, el peor equipo de la NBA. "Momentos como este reflejan todo el trabajo que he estado haciendo durante la rehabilitación, vale mucho. Es todo lo que pido, estar sano y trabajar duro, porque trabajo para este tipo de momentos. Por eso amo el baloncesto, por momentos así", reconocía Ricky al final del encuentro, en unas declaraciones que recoge el 'Minnesota Star Tribune'. "Creo que ya me había pasado antes (bromea). No soy muy atlético, traté de hacer un mate y no tenía tanta fuerza. No sentí lo mismo que en Orlando, porque aquí sí que podía correr y moverlo", dijo.
Andrew Wiggins, la futura estrella del equipo, se rindió al esfuerzo que habría mostrado el español: "Demostró corazón, le necesitamos". Ricky acabó el duelo con 17 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias, segundo máximo anotador del choque después de Wiggins (18). En Memphis, Marc se fue hasta los 15 tantos, tres rebotes y dos asistencias en algo más de media hora, empatando en anotación con Mike Conley y Jeff Green.