Los Knicks se reencuentran con una vieja conocida: la derrota

Hornets y Knicks ofrecieron un partido de esos que conviene olvidar cuanto antes. Un pobre espectáculo (por decir algo) de infausto recuerdo. A juzgar por el marcador final (76-71 para Charlotte, su novena victoria en los últimos 11 compromisos) pareció tratarse de un encuentro FIBA, más que de uno de la NBA. Con todo, la franquicia cuyo propietario es Michael Jordan logró un triunfo vital para sus aspiraciones de entrar en playoffs al superar a los Nets y ocupar así la octava posición de la Conferencia Este. En lo que respecta a los neoyorquinos, su buena racha (tres triunfos consecutivos) llegó a su fin.

Sin Carmelo Anthony, no jugó para dar descanso a la rodilla izquierda, y José Manuel Calderón (también con molestias en la misma articulación tras sufrir un encontronazo la madrugada anterior con el base de los Magic Elfrid Payton), Derek Fisher incluyó en su quinteto inicial a tres jugadores (Lance Thomas, Langston Galloway y Lou Amundson) con contrato de diez días. Un fiel reflejo de cómo están los Knicks, el segundo peor equipo de toda la NBA. En el Time Warner Cable Arena, firmaron su peor anotación del curso: 71 puntos. De poco les sirvió dominar bajo los aros (41-54 en rebotes) y en el juego de equipo (9-20).

Pese a ello, y gracias a los 16 puntos y 8 rebotes del propio Thomas y a un notable Tim Hardaway Jr. (25-6-5), estuvieron cerca de llevarse el gato al agua. A falta de 15 segundos para la conclusión, y con el 74-71 en el electrónico, el mismo Hardaway tuvo en sus manos igualar el duelo. Sin embargo, su triple no encontró el aro y Gerald Henderson sentenció desde la línea para las avispas. Junto al alero, el base suplente Brian Roberts (anoche titular por la lesión de Kemba Walker, cuya, precisamente, rodilla izquierda no le ha dado un respiro en los últimos días) fue el mejor en los de Clifford con 17 tantos.

Hace un año

Esta madrugada, entre ambos equipos apenas anotaron 53 de los 155 lanzamientos que intentaron y 33 de los 55 tiros libres que tiraron. Sería bueno conocer las impresiones de Carmelo Anthony mientras presenciaba semjante disparate, justo en el día y ante el mismo rival (aunque por entonces la franquicia se llamaba Bobcats) que en 2014 se fue hasta los 62 puntos en una actuación antológica en el Madison Square Garden. Mucho ha llovido desde entonces en Manhattan.