HAWKS 93 - PISTONS 82

Ni los 61 rebotes de Detroit cortan las alas a los Hawks

Atlanta suma su 13ª victoria consecutiva. Los de Budenholzer tiraron de sus 31 asistencias para compensar la superiodad de los Pistons en la pintura. Mike Scott, héroe inesperado.

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Puede que no acaben ganando el anillo (¿o quizá sí?), pero lo que están haciendo los Hawks es para quitarse el sombrero. Da gusto verles jugar, ante la falta de superestrellas cada jugador se sacrifica en pos del colectivo, y eso se nota. Tanto en ataque (con 25,8 asistencias de media por noche son el segundo equipo mejor pasador de la temporada) como en defensa (junto a los Pacers tienen la mejor de la Liga: encajan 96,6). Atlanta no baja el ritmo y tras la victoria ante los Pistons (93-82) en el Día de Martin Luther King acumula ya 13 triunfos seguidos. 27 en los últimos 29. Una marca asombrosa que ha catapultado a los de Georgia al liderato en el Este con un 34-8 de balance. Sólo los Warriors de Curry les pueden mirar por encima. Qué mejor momento para vender una franquicia que en lo deportivo se está revalorizando como la espuma. En los despachos más de uno se frota las manos.

Y eso que esta tarde (el encuentro arrancó a las 14:30 de la costa Este) no comenzaron nada enchufados. Pero para su suerte, el horario también pilló a los de Michigan con el pie cambiado. En esas se llegó al 16-12 (13/47 en tiros entre ambos) con el que se cerró el primer cuarto. El segundo fue otra historia, incluso Detroit llegó a ponerse por delante en el marcador. Especialmente llamativo resultó el dominio de los visitantes en el rebote: un sonrojante 42-61 (5-20 en ataque). Andre Drummond (13-18) y Greg Monroe (16-20) fueron una pesadilla para los pívots de Atlanta. Pero ni con esas, enfrente tenían a un EQUIPO que sacó partido de ese arte que es el extra pass: repartieron 31 asistencias. Los Spurs del Este comienzan a decirles.

No fue el mejor día de Jeff Teague, pese a que sentenció el duelo con un 2+1 a dos minutos y medio para la conclusión que le sirvió para escuchar los cánticos de MVP procedentes de la grada de un entusiasta Philips Arena. No importó, Paul Millsap rindió, Al Horford (flamante jugador de la semana en el Este) cumplió y Mike Scott se erigió como el inesperado héroe de la noche. El reserva acabó con 20 tantos, muchos de ellos cuando más lo necesitaban los suyos. Demasiada munición para los de Van Gundy, que acabaron pagando sus excesivas pérdidas (18) de balón. Y es que un día más, y ya va siendo costumbre, Atlanta volvió a sonreir. Chapeau por Budenholzer y los suyos.