El Turow tumba al Sevilla en un último minuto de locura

El Baloncesto Sevilla perdió ante el Turow polaco (87-84) en un emocionante segundo partido de este Last 32 de la Eurocopa. Restaba menos de un minuto cuando ambos contendientes midieron sus nervios en alternativas constantes. La mano de Porzingis tembló en un tiro libre clave. La de Radicevic lo hizo en el último instante del choque cuando su lanzamiento de tres podía forzar la prórroga. Scott Roth encuentra una nueva baza para apoyar su discurso de mejoría en que la juventud es una realidad. Pero lo es en la medida en que la mejoría del plantel sigue sin tener un claro desarrollo y él es el principal encargado de que los sueños de permanencia en la ACB no terminen rompiéndose.

Europa es una realidad diferente. El conjunto sevillano se plantó en Polonia con la idea de decorar sus sensaciones. Lo logró en cierto modo, aunque no de forma definitiva. Se metió en el partido tras llegar al descanso siete puntos abajo gracias a una mayor intensidad defensiva. ¿Es un imposible lograr mantenerla con regularidad? Es sin duda el reto de Roth, que miraba de reojo al duelo ante el Joventut del fin de semana, el que realmente debe medir la base de la recuperación del equipo en esta horrible racha de derrotas.

Nemanja Jaramaz se bastó en los instantes claves para decidir el duelo gracias a su buena muñeca en el intercambio de individualidades. Kulig anotó 19 puntos y Collins también destrozó al conjunto sevillano con constantes destellos de brillo. En la segunda parte, Urtasun impuso un mayor ritmo de piernas y encontró su sitio en el choque, mientras que Hernangómez, aún lejos de su nivel de hace un mes, fue de menos a más y terminó igualando la balanza tras un irregular inicio.

Los 17 puntos de Woodside no bastaron. El base norteamericano mandó por momentos y elevó el nivel ofensivo de un equipo que sólo puede meterse en los duelos cuando defiende al cien por cien. Los 15 puntos de Pierre Oriola y el buen hacer de Porzingis en diferentes instantes del choque también propiciaron que el Baloncesto Sevilla entrara en ese último minutos con todas las opciones de llevarse el triunfo. Ahí fue cuando Roth tuvo que pensar. Sacó su pizarra en cada uno de los tiempos muertos del último suspiro y dibujó jugadas mientras Woodside asentía y Oriola trataba de encontrar su hueco en ellas. Al final, ni la pizarra quedó reflejada sobre la pista ni las manos encontraron esa seguridad necesaria para llevarse los duelos igualados.

Otro golpe a una moral ya tocada. El Turow respira y el Baloncesto Sevilla suspira. Europa ya parece un escaparate para el que el equipo sevillano no tiene invitación.