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HEAT 101 - CAVALIERS 91

Los Heat se vengan de LeBron

LeBron James, al que algunos achacan que no da las gracias a los aficionados de Miami, fue aplaudido por la grada pero derrotado en la pista. Dwyade Wade anotó 31 puntos.

LeBron James.
LeBron James.AFP

Sus excompañeros, que después le batieron en la pista, prepararon el terreno para un regreso feliz de LeBron a Miami y de hecho el Rey fue vitoreado en su regreso a la que fue su casa en los últimos cuatro años (cuatro finales, dos títulos). Sin embargo, algunos en Florida no le perdonan que no tuviera palabras de agradecimiento para Miami y los seguidores de los Heat cuando se despidió (vía carta abierta en Sports Illustrated) y anunció el regreso a Cleveland, de donde había que decidido que nunca debería haber salido.

Curiosamente, LeBron no hizo demasiado por cambiar esa impresión antes del esperado partido, una de las citas con más morbo de toda la Regular Season, cuando aseguró que no había vuelto a hablar con Pat Riley o con Spoelstra y se refirió así al público de los Heat: “Cuando estuve aquí lo di todo por esta ciudad, nunca falté a nadie al respeto: ni al equipo, ni a mis compañeros ni a la ciudad. Todo fue profesional, me entregué al máximo. Eso es lo que tenía que hacer y lo que hice”. Ni siquiera fue especialmente afectivo cuando se le preguntó si pensaba que los Heat retirarían su camiseta: “No lo sé, es cosa de la franquicia. Yo creo que hice lo suficiente para que la retiren y si lo hacen, estaré en la ceremonia. Si no, me quedaré en mi casa”. Desde luego, y más para un jugador ya maduro y que mide tan bien sus declaraciones, parece claro que todo el aprecio que se reserva a sus excompañeros, especialmente a su amigo Dwyane Wade, no aflora cuando habla de los Heat, su afición... y su entorno mediático: “No me importa nada lo que se diga, mañana la prensa escribirá una cosa y al día siguiente otra distinta… me da igual lo que digan, lo que me importa es que lo que hice aquí con mis compañeros: eso está en los libros de historia y de ahí no lo podrán borrar”.

El caso es que, más allá de eso, LeBron fue ovacionado a lo grande cuando apareció en pista y tras el vídeo de homenaje que se proyectó. Eso, y sus efusivos abrazos con Wade marcaron el prepartido, antes de que los Heat demostraran que tenían unas enormes ganas de reivindicarse ante su ex líder y con todo el país mirando. Y más después de una última y sonrojante derrota ante los Sixers. Especialmente Wade, que le robó el protagonismo al jugador con el que ganó dos de sus tres anillos: 31 puntos (24 en un primer tiempo soberbio), 5 rebotes y 5 asistencias.

Sin Bosh, todavía lesionado, Wade fue el líder absoluto de un equipo en el que fue decisivo Luol Deng: 25 puntos, 8 rebotes, 8 asistencias y un tremendo trabajo defensivo sobre un LeBron que aún así terminó con 30 puntos y 8 asistencias. Aunque quizá fruto de la emotividad del partido vivió una de sus peores noches desde la línea de tiros libres (10/18). Irving respondió (25 puntos) y Kevin Love estuvo más gris (14 puntos, 5 rebotes, 0/4 en triples), después de partir como teórico pívot titular tras la lesión de Varejao: con Marion y LeBron como aleros y Tristan Thompson desde un banquillo que sólo aportó 14 puntos, un asunto peliagudo para estos Cavaliers pensados para ir a por el anillo. En Miami todos pusieron su grano de arena para empujar a Wade y Deng e incluso apareció la mejor versión en bastante tiempo de Danny Granger: 9 puntos, 7 rebotes.