SPURS 106-THUNDER 114
Los campeones de la NBA no son rivales para Westbrook
Los 34 puntos del base de los Thunder hicieron olvidar la baja de Kevin Durant y castigaron a unos Spurs que no pudieron con su calidad.
Qué más se puede decir de Russell Westbrook que ya no se haya dicho. El base es una máquina, una bestia imparable a campo abierto, a lo que añade una indiscutible calidad en el lanzamiento. No se le puede discutir más lo que hace sobre la cancha. No se puede seguir diciendo de él que no es un director de juego, que su locura hace más mal que bien. Es imposible sostener todos esos argumentos después de lo visto en AT&T Center de San Antonio, tras su exhibición ante los campeones de la NBA, los Spurs, llevando a su equipo a una victoria heroica y sorprendente haciendo su trabajo y el del MVP de la pasada temporada, Kevin Durant (cuarta ausencia por un esguince en el tobillo derecho). Un recital de 34 puntos que dejaron el marcador final en un apretado y emocionante 106-114.
Y todo ello sin puntería al principio. Algo frío ante el aro rival en sus primeros lanzamientos, con un 1/7 que no daba buenas sensaciones. Demasiado peso sobre sus hombres parecía. Durant fuera y mucho trabajo en sus piernas después de los 40 puntos ante los Blazers hacía escasamente 48 horas. Además, el encuentro era de mucha fuerza, de lucha, lo que obligaba a cada uno de los equipos a dar cada gramo de su energía. Los Spurs, a pesar de las ausencias de Leonard y de Diaw, sabían que debían imponer su autoridad. Pero esto es baloncesto, es la NBA y deber no tiene porque tener el apellido realidad pegado y, por ello, se fueron del primer cuarto (27-29) y al descanso perdiendo (47-50), eso sí, por la mínima y con la sensación eterna que trasmite el equipo de Popovich de que estaban simplemente midiendo el tiempo, esperando su mejor oportunidad para dar el estoque definitivo. El problema es que Westbrook ya estaba calentito, 16 puntos.
Desde que se inició la segunda parte, con el mismo guión de la primera con alternancias en el marcador, se vio que el partido no iba a acabar bien para uno de los dos equipos. Tanto moral como físicamente uno de los dos iba a acabar tocado y San Antonio se veía con las armas suficientes para no que no les tocase perder y vieron la luz cuando Westbrook no se presentó en el último cuarto. Brooks quería darle descanso y los texanos dieron un paso adelante. Todo fue humo. Porque la ausencia del base fue muy bien cubierta tanto por Steven Adams (16 tantos y 15 rebotes) como por Serge Ibaka (21 con un 3/4 desde el triple), además de por los menos habituales, suplentes que en el uno a uno, no superan la comparación con lo que tiene Pops en el banquillo, pero cumplieron. Eso será algo necesario para los Thunder, si quieren rascar esa última plaza de los playoffs en el Oeste, que está lejana, pero no imposible.
Y es factible, si además, tienes algo de suerte. A 4:31 Duncan (15, el segundo máximo anotador en la franquicia texana tras los 17 de Matt Bonner) se retiró con molestias en la rodilla. Volvió al poco, pero Westbrook ya había hecho de las suyas. Dos tiros, dos canastas, 93-99. El retorno del ala-pívot ya no sirvió de nada porque Morrow, además, decidió que el protagonismo también era cosa suya y con dos triples sentenció (98-105). Demasiado camino en ese momento para unos Spurs que se despertarán mañana pensando que lo hecho por Westbrook fue una mala pesadilla, una mala broma del destino. El problema es que fue un día más en la oficina para el base de los Oklahoma City Thunder.