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Un mito cumple años

El ‘zar’ Sabonis cumple 50 años

Sabonis (2,18 de altura sin zapatillas) cumple hoy 50 años (y Kevin McHale, 57). AS felicitó al llamado ‘zar’, alzado al Salón de la Fama y hoy presidente de la Federación Lituana.

Mr. president. Sabonis, hoy: presidente de la Federación Lituana.
Mr. president. Sabonis, hoy: presidente de la Federación Lituana.

El base gigante. En su adolescencia y en Kaunas, Arvydas Sabonis jugaba de base: ese puesto y su propia soltura le depararon unos fundamentos inusuales. Pero en un verano, entre tercero y cuarto de Secundaria, Arvydas creció... 12 centímetros. “Empecé a mirar a mis compañeros desde arriba y ya me pusieron de pívot”, recuerda. En 1982, en su primera gran cita internacional con la Unión Soviética, en el Mundobasket de Colombia se le tallaba en 215 cms. de altura. “Son 218, 220 con zapatillas”, especifica hoy.

Las medallas. Las dos medallas olímpicas, el oro todavía soviético de 1988 en Seúl y sobre todo el bronce de 1992 en Barcelona, ya con los colores verdes de Lituania, son los logros que el Sabonis de hoy recuerda para AS con más cariño desde su despacho presidencial en la Federación Lituana, en Kaunas. “Las medallas son tuyas y de nadie más. Sí miras con más cariño al bronce de Lituania... porque solo unos años antes aquello nos parecía imposible en nuestro país”.

Portland, EE UU. “Como pasador, Sabonis tiene la calidad de Bill Walton”, analizó Dale Brown, el entrenador de Louisiana State que escribió al Presidente Reagan para intentar fichar a Sabas en el verano de 1986: Portland lo había elegido con el número 24 de aquel draft... y Arvydas ni se había enterado. En 86-87, con el Zalgiris (y por sobrecargas con la URSS) llegaron sendas roturas en los tendones de Aquiles. Y en julio de 1988, tras permiso gestionado por Papa Gomelski, seleccionador soviético, Arvydas fue a Portland para ser tratado por el Dr. Robert Cook, jefe médico de los Blazers y excirujano en Vietnam. En unas semanas, la URSS de Gomelski y Sabonis noqueó a EE UU en la semifinal olímpica de Seúl. Ante una ola de reproches nacionalistas, Cook replicó: “Yo hubiera hecho lo mismo con un vietcong”.

Madrid, NBA. De 1989 a 92, Sabonis se reinventó en Valladolid: en el Fórum, con Corbalán, Homicius... y Javier Alonso, que mimaba los tendones del zar. “En 1992 fiché por el Real Madrid. Y ganamos algunas cosas, ¿no...?” Con Sabonis, el Real firmó dos Ligas ACB (93, 94), una Copa del Rey (1993, no se ganaría otra en 19 años)... y la Copa de Europa de 1995. Ahí, Sabas se marchó a la NBA. Esperaban Portland, Pippen, Rasheed Wallace... “Todos los jugadores quieren ir a la NBA. Y yo también. Ahí supe que Michael Jordan era algo único”. A Portland había que llevarle jamón. Su peor recuerdo en NBA es la final del Oeste de 2000 perdida in extremis con los Lakers de Shaq y Kobe. Sabas lo recuerda así: “Algo terrible”.

Salón de la Fama. Entre 2002 y 04, Sabas se despidió de Blazers y Zalgiris. En 2010 fue entronizado en el Salón de la Fama. Preside la Federación Lituana desde 2011. Mantiene en Kaunas una Academia. Y en Gonzaga, la Universidad de John Stockton, fascina un chico zurdo de 2,08: da pases impropios de un hombre alto. Se llama Domantas, Domi Sabonis: y es hijo del zar.