NUGGETS 111-ROCKETS 115
Un Harden gigante decide para los Rockets en la prórroga
Afflalo forzó la prórroga con un triple sobre la bocina pero Houston Rockets se llevó finalmente el triunfo con 41 puntos y 10 asistencias de un descomunal Harden.
A Houston Rockets le costó horrores salvar el paso por las Montañas Rocosas y esa altitud de Denver que tanto molesta a los visitantes. Pero lo hizo y sigue siendo (19-5) el tercer mejor equipo del Oeste y de toda la NBA. Y lo hizo (y lo es) sobre todo gracias a James Harden, en nivel de estar en la disputa por el MVP: promedia 26,9 puntos, 6,3 rebotes y 6,8 asistencias. En los últimos cuatro partidos: 35,7+6,2+8. Lleva dos seguidos llegando a diez asistencias y esta vez sacó del lío a su equipo. Primero metió un triple descomunal a falta de diez segundos que olía a decisivo (96-98). Después falló un tiro libre que dejó a tiro (96-99) a unos Nuggets que forzaron la prórroga con triples de Afflalo. En el tiempo extra y tras cuatro puntos de Motiejunas, Harden (terminó con 41 puntos y 10 asistencias) tomó el mando y anotó ocho puntos seguidos que casi resolvieron el partido (108-111 a 23 segundos del final). El golpe de gracia lo puso Beverley con buen pulso: cuatro tiros libres sin fallo.
Dwight Howard, en el segundo partido tras su lesión, terminó con 24 puntos, 16 rebotes y 4 tapones. En el anterior, también ante los Nuggets pero en Houston, había hecho 26+13+3. En los Rockets, con una rotación real de ocho jugadores por las bajas (Dorsey jugó menos de un minuto) y sólo siete puntos del banquillo, todos los titulares jugaron más de 41 minutos. Beverley terminó con 12 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias, Ariza con 13 puntos y 8 rebotes y Motiejunas con 18+6.
En los Nuggets, más profundos, seis jugadores anotaron diez o más puntos, el mejor Afflalo con 22 y el triple que forzó la prórroga. Chandler anotó 23, Faried (que era duda) sumó 11 y 11 rebotes y Gallinari puso 16 desde el banquillo. No fue suficiente y los de Brian Shaw, capaces de lo mejor y lo peor, se quedan en 10-15, a casi tres partidos de distancia de unas plazas de playoffs que difícilmente alcanzarán.