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CAVALIERS 97-HORNETS 88

LeBron y Love ahondan en la herida de los Hornets de Jordan

Sexta victoria seguida de los Cavaliers en casa. El alero logró su séptimo encuentro con 10 o más asistencias y el ala-pívot, su undécimo como 10 o más puntos.

Kevin Love y LeBron James.
Kevin Love y LeBron James.AFP
NBA

Los Cleveland Cavaliers han blindado su base de operaciones, aquella desde la que lanzarán su asalto a la NBA. El Quicken Loans Arena no ha vuelto a ver perder a los suyos desde el pasado 19 de noviembre contra los San Antonio Spurs, una época en la que las aguas bajan revueltas por el Estado de Ohio, un tiempo en que LeBron y sus compañeros no se encontraban. Pero todo ha cambiado. Desde esa fecha, los Cavs cuentan por victorias sus partidos en casa y tras el de esta madrugada ante los Charlotte Hornets (97-88) ya suman seis seguidas, la octava en doce encuentros.

No hay mucho secreto para esta situación, más bien es lógica pura. El baloncesto no es una ciencia exacta, pero en un 90% de las veces se le parece, es decir, si un equipo tiene a LeBron, Kevin Love y Kyrie Irving es muy raro que no acabe ganado un encuentro y mucho más extraño aún si su rival está en ebullición, sumergido en el caos. La situación de los Hornets ha pasado de buena (la temporada pasada) a mala y extraña (esta). Su principal incorporación, Lance Stephenson, el jugador que iba a dar ese salto de calidad definitivo al equipo, no encuentra su sitio. En Indiana era una estrella en constante crecimiento, aquí es señalado por todos como el culpable de la debacle del equipo (6-18) y los rumores de su posible salida, con retorno incluido a los Pacers, van en aumento. Pero eso aún son simples especulaciones. Rumores que surgen cuando las cosas no carburan.

Y las cosas no carburaron para los visitantes al comienzo del encuentro. Los Hornets saltaron a la pista con el freno de marcha puesto. Bueno, más bien se lo puso Cleveland sin que nadie se diera cuenta. 21-0 fue el comienzo del duelo. Desde el 2004 ningún equipo había empezado tan fuerte (Portland, 22-0 a Boston) y todo ello con un excelente juego de pase. Los hombres de Blatt lanzaron once veces a canasta al principio y sus once tiros fueron precedidos de un pase. Un estilo de juego que está interpretando de maravilla LeBron. El cuatro veces MVP de la NBA consiguió por séptima vez 10 o más asistencias (13), la misma cantidad de veces que lo logró la pasada campaña en Miami. Algo ha despertado en el Rey.

James ya no sólo anota con una facilidad pasmosa (27 puntos), sino que ahora la búsqueda de sus compañeros es una constante. Esto ha beneficiado a jugadores como Kevin Love. El ala-pívot cuajó otro magnífico partido y este fue su duodécimo encuentro seguido con 10 o más puntos. Esta madrugada fueron 22, a los que hay que añadir 18 rebotes. Un clásico que disfrutaron en Minnesota durante muchos años.

A pesar de ese inicio escandaloso, los Hornets de la mano de Kemba Walker (24) escalaron el Himalaya para situarse a dos puntos a mediados del tercer cuarto (59-57) gracias a una canasta de Lance Stephenson. Esos puntos eran los octavos del escolta. Ahí acabó su aportación en ataque y las posibilidades de los de Steve Clifford de llevarse el partido. Con un parcial 21-11 se finalizó ese periodo y la ventaja volvió a estar por encima de los dos dígitos (80-68). Desde ese momento, hasta el final, tímidos acercamientos de los Hornets, sin llegar a cuajar y victoria número catorce de los Cavaliers que se sitúan ya a sólo una de los Chicago Bulls, su gran rival sobre el papel, por el dominio del Este.