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CAI ZARAGOZA

El acierto con los fichajes instala al CAI Zaragoza en la élite

“La clave es saber lo que se quiere”, dice Willy Villar, director deportivo del CAI, y culpable de que Zaragoza haya disfrutado de jugadores como Rudez o Shermadini.

Landry, Goulding, Tomàs, Katic, Jelovac, Lisch y Robinson.
Alfonso Reyes

Lisch, Katic, Sastre, Robinson, Landry, Goulding y Jelovac, sin olvidarnos de Veremeenko, que ni siquiera pudo debutar porque el Banvit turco pagó su cláusula de rescisión, o de Fotu, fichado recientemente y cedido esta semana al Manresa. Son todas las incorporaciones que ha realizado el CAI Zaragoza desde que finalizara la temporada pasada, un club que año tras año no puede evitar la salida de varios de sus mejores jugadores, pero que siempre logra confeccionar plantillas bastante competitivas, tal y como demuestran los éxitos de las últimas campañas.

¿Pero cuál es el secreto de un equipo que se ha instalado entre los mejores de España con un presupuesto modesto? Willy Villar, director deportivo de CAI, no cree que exista ninguna receta especial: “Todo consiste en dedicar muchas horas y saber lo que uno quiere y necesita de acuerdo con el club. Ésa es la base de todo, tener claro lo que se quiere. Nos podremos equivocar, pero tenemos la sensación de tener una identidad y saber qué tipo de jugador buscamos, tanto para un rendimiento inmediato como para el futuro. Ésa sería la esencia de todo, tener claro lo que se quiere. A partir de ahí, cuando te equivocas es mucho más fácil aprender de estos errores”.

Teniendo en cuenta el hándicap económico respecto a otros clubes, está claro el perfil que busca el CAI: jóvenes promesas con el potencial para convertirse en grandes estrellas o jugadores que aún no han dado todo lo que tenían con la esperanza de que terminen de explotar en el equipo aragonés. Pero al margen del crecimiento del club en los últimos años, ¿qué factor puede ser determinante para que terminen haciendo las maletas rumbo a Zaragoza?: “Hay un trabajo del club desde hace muchos años, de lo que es su marca y del boca a boca de muchos jugadores que van pasando por aquí y van transmitiendo esos valores. Eso es básico, el boca a boca de quien ha estado es tu mejor embajador”, responde Willy Villar.

Por supuesto, otros factores como la fortuna o la tecnología también ayudan: “Hay que tener un poquito de suerte para llegar a algunos jugadores, pero cuanto más estés encima y más tiempo te dediques a ello, más posibilidades existen para que en un momento determinado tengas un poco de suerte. Y gracias a Dios hoy en día existen muchos medios tecnológicos al alcance de uno para llegar al mayor número de jugadores posible”.

Precisamente fue a través de un vídeo cómo Willy Villar descubrió a Giannis Adetokumbo, ese base griego de 2,11 metros de altura que aterrizó en la NBA hace dos veranos sin llegar a vestir la camiseta del CAI, que unos meses antes se había hecho con sus servicios. “Vi un vídeo de muy mala calidad y con lo poco que vi me cogí un avión a los tres días para verle entrenar y jugar un partido. Sentí un pálpito y en cuanto lo vi en directo ya no tuvimos ninguna duda en el club e hicimos todo súper rápido. En mi vida había visto nada igual, era completamente diferente a todo lo que había visto en un jugador de baloncesto. Llamé al presidente y le dije que había que hacerlo inmediatamente”, explica con entusiasmo el director deportivo del club aragonés.

Y es que la rapidez y la ausencia de dudas es otra de las claves del éxito, como sucedió una vez más en el caso de Isaac Fotu: “Se dio a conocer para el gran público en el Mundial de España. Puedes dudar o pensar que no es el momento, pero nosotros no lo dudamos ni un minuto. Estoy convencido de que otros muchos clubes se plantearon apostar por él, pero nosotros no tardamos ni un minuto en decidirnos en cuanto su agente nos comunicó la posibilidad. Fue clave no dudar y en eso tengo la suerte de que estoy apoyado al 100% por el club y no necesitamos mucho tiempo para tomar decisiones. Si lo tenemos claro, lo hacemos, y si nos equivocamos, nos equivocamos. Esto nos permite maniobrar lo más rápido posible”.

Pero hasta el éxito en cada fichaje tiene una parte no tan buena y por eso hay que estar siempre preparado a una marcha inesperada a mitad de temporada, tal y como sucedió con Veremeenko o Shermadini. “Hay cosas que no puedes evitar, que están en el contrato, y nosotros empezamos a tener la costumbre de que eso suceda y estar siempre muy preparados y alerta para intentar que el equipo y el club no se resientan”, apunta Willy Villar.

Y, por último, como en toda gran familia, se encuentra la satisfacción de ver cómo un jugador por el que apostaste termina jugando enla NBA: “Lo que sentimos es muchísimo orgullo de colocar jugadores nuestros en la mejor liga del mundo. En el caso de Rudez, que dio su mejor nivel en el CAI después de una trayectoria en la que no había dado todo lo que podía dar, nos hace mucha ilusión a todos. Es un orgullo tremendo”.