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GIPUZKOA 63-JOVENTUT 66

El Joventut se impone en la prórroga al Gipuzkoa

Dean empató al final con un triple y Jordan lanzó otro para un nuevo tiempo extra, pero no acertó. El Gipuzkoa remontó 15 puntos logrados con unos brillantes Mallet y Suton.

Dani Díez ante Kirksay.
Dani Díez ante Kirksay.Javier EtxezarretaEFE
LIGA ENDESA

Partido de locos en Illumbe. Entre un GBC que sigue atascado en ataque y un Joventut que siempre es muy alegre en campo contrario, pero le bastó con 66 puntos, prórroga incluida, para ganar. La Penya iba demasiado rápida para un rival que no encontró guardia de circulación que frenase sus acometidas: sus transiciones, tiros rápidos y rebotes fueron demasiado. Pero el cuadro donostiarra se ha distinguido en casa por no perder nunca la fe (acumulaba tres victorias seguidas) y llevó a cabo, primero con Dean y después con Iarochevitch, una remontada espectacular, para forzar la prórroga, gracias a un sensacional lejano triple del escolta norteamericano. En el último suspiro del añadido Jordan tuvo otro triple para una segunda prórroga, pero falló. Sólo hicieron tres puntos en cinco minutos y así es imposible aspirar a nada.

Con 15 abajo (38-53, min 25), desde la mejora defensiva, se metió en el partido el Gipuzkoa y se acabaron las facilidades verdinegras a la hora de armar el brazo. Sólo le faltó al cuadro de Ponsarnau rematar la faena cuando se puso por delante, en el minuto 41. Vidal y Miralles regresaron a Illumbe, aunque pasaron bastante desapercibidos. Fueron Mallet y Suton los que llevaban la batuta. El 30-42 al descanso era un acta de que todo iba normal. Luego se encasquilló la ofensiva. Dani Díez era el único argumento de salida en el GBC. Y Taquan Dean se llevó de la mano al resto del equipo. Once puntos hizo en el tercer acto el escolta, que en racha es imparable generándose los tiros.

La última manga comenzó con una canasta de Iarochevitch. Y a partir de ahí, un vacío en el marcador; las buenas defensas y el desacierto ofensivo provocaron que ninguno de los dos equipos consiguiese anotar, hasta que nuevamente el belga, esta vez con un triple, pusiese a cinco puntos tan solo a los de Ponsarnau. El Joventut pasó su peor momento; tan solo Savane estaba visible, siempre con ese gesto clásico de espaldas, lateral, a cuatro metros, para girarse, quedarse un rato en el aire y tirar a tabla. Y con una canasta de Jordan y otra de Doblas el GBC se puso a tres. La emoción tomó la escena hasta la vibrante resolución.