TIMBERWOLVES 90 - BLAZERS 82
Los Blazers se estrellan ante un Wiggins que ya decide partidos
Primer doble-doble (23-10) para Andrew, quien con cinco puntos seguidos acabó con el intento de remontada de Portland en los minutos finales. "Los bebé-Wolves han crecido".
Los Blazers sólo habían perdido un partido (ante los Grizzlies de Marc Gasol, palabras mayores) de los últimos quince hasta que llegaron a Minnesota. Allí se las prometían felices los de Oregón ante un rival que sigue sin contar con Ricky Rubio (su mejor pasador), Kevin Martin (su máximo anotador), Nikola Pekovic (su líder bajo los tableros) y un Mo Williams que aporta las dosis de experiencia necesarias en uno de los equipos más jóvenes de la Liga. Pero los de Terry Stotts (como es habitual, sin Víctor Claver) se estrellaron ante uno de los jugadores llamados a gobernar la NBA en los próximos años: Andrew Wiggins. El número uno del draft firmó el primer doble-doble (23 puntos y 10 rebotes) de su carrera para dar a los Wolves su quinta victoria de la temporada.
Los locales mandaron durante todo el partido ante la desidia de un rival que se veía superior y que pensó que era cuestión de tiempo tomar el mando del marcador. "Pensábamos que ya lo arreglaríamos, pero ellos siguieron en su buena línea y compitiendo mejor que nosotros", reconoció un Damian Lillard que lideró a los Blazers (muchos de ellos se sumaron a las reivindicaciones para solicitar que la muerte de Eric Garner no resulte en vano) con sus 23 puntos, siete rebotes y cinco asistencias. Es más, pese a llegar ir ganando por 20 tantos (60-40 a 4:28 del final del tercer cuarto), Portland pareció despertar a tiempo para colocarse con un 74-78 a falta de cuatro minutos para la conclusión que hizo presagiar que acabarían llevándose el duelo. No fue así por que entonces surgió la figura de un Andrew Wiggins que anotó cinco tantos seguidos que dieron aire a los lobos. "Me siento cómodo y se´que mi equipo siempre va a estar allí. Sin ellos ejecutando jugadas no encontraría mis lanzamientos", explicaba. Un líder generoso. Y eso que su mala noche desde la personal (5/10) le impidió redondear unos números que podrían haber sido aún mejores. No importó. La victoria se quedó en el Target Center de Minneapolis. "Los bebé-Wolves han crecido un poquito", concluyó Flip Saunders, su técnico.