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L. ENDESA | R. MADRID 90 - UCAM MURCIA 65

El Madrid rompe tras un 20-0 con Maciulis de figura y sin cambios

Laso dejó a Campazzo, Llull, Maciulis, Ayón y Bourousis durante 13 minutos en pista. El lituano anotó 20 puntos. El UCAM Murcia aguantó hasta el descanso.

Madrid
Carlos Cabezas se lleva la pelota ante la oposición de Jonas Maciulis.
Carlos Cabezas se lleva la pelota ante la oposición de Jonas Maciulis.EFE
ACB

Dicen que las grandes historias tienen siempre un gran planteamiento. Este partido puede ser una buena historia, pero por nudo y desenlace. El inicio sólo nos dejó a un equipo obediente, a un Madrid que siguió las consignas de su entrenador. Defensa y rebote había reclamado Laso tras la derrota en Estambul. También un grupo más solidario. Eso no lo dijo, pero seguro que lo pensó. En poco más de seis minutos, el equipo blanco vencía 18-4. Certero y sin una concesión atrás, con Maciulis de figura anotadora (7 puntos de salida) y Bourousis muy, muy en forma (el mejor del Real en lo que va de Liga).

Al UCAM Murcia le pasaba lo que a otros muchos: sí, pero no; intimidado, sin la fuerza y energía necesarias (30 a -2 en valoración). Y entonces, el planteamiento, que como trama de emoción no había por dónde cogerla, se terminó. El Madrid se lo creyó y el UCAM también. Entró Radovic, un interior muy móvil y de puntería fina, y la cosa cambió. Anotó un triple y sus compañeros añadieron otros cuatro. Cinco en cuatro minutos. Fiesta murciana en las gradas. En un santiamén había pelea: 28-27 y 42-41 al descanso.

Cuando ambos enfilaban hacia el vestuario, los visitantes eran un crepitar de choques de manos y puños. Alegría. Los madridistas se iban cabizbajos, y alguno algo más, como Mejri, que había roto una silla de una patada y le decía no sé qué a un árbitro por un par de faltas. Imaginen lo que pasó ahí dentro, entre cuatro paredes y con la puerta cerrada. Para el tercer cuarto Laso repitió el quinteto titular, uno de los más fuertes atrás que puede poner en pista: Campazzo, Llull, Maciulis, Ayón y Bourousis. Y con él llegó el desenlace, un huracán de ataque y defensa, de velocidad, de balón compartido, de galopadas. Más pases y menos botes. Baloncesto perfecto. Aunque imaginamos que Diego Ocampo no pensará lo mismo.

El Murcia se hundió, ya no saldría a flote después de una colección de vaivenes digna de un museo. Atentos a la sucesión: 9-0, 2-16, 12-0, 0-10 y... faltaba la traca, ese 20-0 con el que los blancos cortaron a cuchillo al duelo en siete minutos (67-46). Como hablaba de desenlace, preguntarán por el último cuarto. Como soy el guionista les digo que sobró, tampoco sabría qué hacer con él. Sirvió, eso sí, para que Laso mantuviera en pista a los cinco del rescate, y además durante 13 minutos seguidos. Rompió el quinteto mandando a Maciulis al banco para la ovación y la vuelta al ruedo. Su mejor actuación desde que aterrizó. Partidazo: 20 puntos, incluidos los dos últimos, un palmeo a un triple de Llull que iba dentro, o lo parecía.

El periodo final también sirvió para que jugara el canterano Yusta, que en vez de tirarse el último balón le dio una asistencia a Carroll. En total, cuatro canteranos madridistas en pista, los otros tres los puso el UCAM (Antelo, Arteaga y Martín). Se habrán dado cuenta de que Mejri, Nocioni y Sergio Rodríguez no jugaron en toda la segunda parte. ¿Castigo? Con doce jugadores de primer nivel, no siempre hay tiempo para todos. No en cada partido, y si lo hay es forzado.