La múscia de LeBron James

Los Indiana Pacers se encontraron esta madrugada con su bestia negra de las dos últimas finales de la Conferencia Este: LeBron James. Y el guion no cambió mucho. Bueno, cambio en dos aspectos. Por un lado, que el alero de los Cleveland Cavaliers se encuentra en una situación mucho mejor que la del pasado año, con un equipo de mayores garantías que aquellos Heat que vencieron en siete (2012-13) y seis (2013-14) partidos a los de Frank Vogel; y por el otro, que los de Indiana tienen el terrible problema de no contar para esta campaña ni con Paul George (lesionado de gravedad) ni con Lance Stephenson (ahora en los Charlotte Hornets). Un auténtico drama para una franquicia que ha dominado el Este junto a Miami las dos últimas temporadas. Ahora el futuro pinta bastante negro, sobre todo si se observan los poderes en alza en esa zona del país: Chicago, Cleveland, Miami, Charlotte...

Ambos equipos se vieron las caras en la Universidad de Xavier (98-93). Su pabellón, el Cintas Center, tuvo el honor de acoger a David West (15 puntos, máximo anotador en los de Indiana) durante su carrera universitaria. El ala-pívot de los Pacers fue aclamado durante todo el partido y los carteles de "Bienvenido a casa", engalanaron un recinto deportivo que acogió un encuentro domado por LeBron James.

El cuarto veces MVP de la NBA llegó hasta los 26 puntos. Con clase magistral incluida en el tercer cuarto anotando 10 de esos tantos. LeBron tenía ganas de volver a jugar tras perderse el último encuentro de pretemporada ante los Milwaukee Bucks. El que no volvió a participar en la victoria de los Cavs (3-0 ya esta pretemporada) fue Kyrie Irving. El base sigue recuperándose de sus molestias en el tobillo y sólo participó en los ejercicios previos al duelo.