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MANRESA 69 - BARCELONA 88

El Barcelona, de Asia al liderato

El Manresa plantó batalla en el primer tiempo pero se quedó muy corto a partir del descanso. Tomic, Huertas y Abrines, los mejores en un triunfo plácido de los azulgrana.

El Barcelona, de Asia al liderato
Susanna SáezEFE
ACB

Después del periplo por Asia, el Barcelona abrió maratón semanal (seis días, tres partidos) con una visita plácida a Manresa. Y eso que no suelen serlo por mucho que lleve ya seis victorias seguidas en el Nou Congost. En las cinco anteriores apenas manejó una diferencia media de 8,2 puntos con un único triunfo por más de diez puntos. Esta vez el partido le llevó trabajo pero no pareció nunca inclinado a caer de un lado que no fuera el azulgrana. Ni siquiera cuando apretó La Bruixa d'Or, que jugó un primer cuarto impecable antes de venirse abajo: el peso de la lógica.

De la última vez que el equipo manresano ganó al Barcelona, quedaban sólo dos supervivientes en pista: Navarro y Grimau, que por entonces jugaba en el Barcelona y que ahora ejerce de multiusos (16 puntos, 20 de valoración) y líder espiritual del equipo de Pedro Martínez, todavía cogido con alfileres y muy justo de recursos. Aquel partido histórico de la 2008-09 se cerró en 122-117, con cuatro prórrogas y barbaridades como los 34 puntos de Guillem Rubio o los 45 de valoración de Fran Vázquez (28 puntos, 16 rebotes, casi 51 minutos en pista). Navarro metió entonce 32 puntos y repartió 6 asistencias. Esta vez, 1/10 en tiros de campo, ni una sola asistencia y 8 puntos amasados desde la línea de tiros libres (6/8) para un pobre -1 de valoración. Pese a todo jugó mucho, casi 25 minutos, e hizo de segundo base a la espera de Satoransky. Quizá no era el mejor día para que le comiera casi todos los minutos a Hakanson (sólo 1:22) y a un Hezonja castigado: dos minutos en pista en el primer cuarto, dos personales y una técnica… y de vuelta al banquillo, ya encadenado a él hasta el final.

Por lo demás, el Barcelona ha calcado prácticamente sus dos primeros partidos de Liga: 87-65 al Baskonia y 69-88 al Manresa. Las valoraciones, otro espejo: 104-64 y 66-101. Es un equipo, como hace un años a estas alturas, en fase de construcción, que combina fases en las que luce su incuestionable talento ofensivo con otras de pérdidas (13, 6 en un horrible segundo cuarto), desajustes defensivos y lagunas en el rebote (11-5 en los de ataque). En rodaje, afrontará una prueba verdaderamente seria el viernes en su estreno en Euroliga. Por el rival (el Bayern de Pesic) y porque conviene no cometer demasiados errores, y ninguno en el Palau, en un grupo salvaje en el que junto a catalanes y alemanes están Panathinaikos, Fenerbahçe y Milán.

Huertas afeó con pérdidas innecesarias un partido por lo demás impecable (17 puntos, 6/8 en tiros de campo), Thomas jugó buenos minutos al principio y al final, Doellman sumó sin hacer ruido (13 puntos, 7 rebotes) y Tomic firmó una estadística asombrosa como quien silba: sólo 20 minutos en pista, 14 puntos, 11 rebotes, 4 asistencias, 6/6 en tiros de campo y 26 de valoración. Y todo sin romper un plato, como es él. En lo individual, lo peor fue la poca inserción de los jóvenes y los despistes de Pleiss, que están conviertiendo a Lampe en el primer pívot de la rotación. Y lo mejor, el estado de gracia de Abrines, que sumó 13 con un 3/4 en triples para 7/8 en dos partidos en los que promedia 17,5 de valoración en 23 minutos en pista.

Al Manresa, una semana después de la paliza en Santiago, no le venía en buen momento el partido con las bajas de Álex Hernández, Poeta y Ogilvy. Mientras el Barcelona defendió con la mirada, hubo partido (26-22 en el primer cuarto, 38-41 al descanso). Pero los recursos eran demasiado escasos, con poco término medio entre la juventud de Marc García y la veteranía de Grimau más allá del trabajo de Samuels, Bivià y Haritopoulos. Poco casi contra cualquier equipo de la Liga Endesa, una miseria ante este Barcelona que todavía ofrece luces y sombras pero con mimbres para, veremos hasta dónde llega, ser un equipo absolutamente espectacular.