ROCKETS 113 - GRIZZLIES 93

Tarik Black pide una oportunidad ante los Grizzlies de Marc Gasol

El ala-pívot (15 rebotes), busca un hueco en el baloncesto profesional con la NFL llamando a su puerta. Dwight Howard no jugó y Marc Gasol sólo estuvo nueve minutos en pista.

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Es tiempo de pretemporada, primeros compases de ella, y es por lo tanto tiempo de jugadores titulares calentando motores en medio de peleas por los últimos puestos en las rosters y las cuotas definitivas de minutos en las rotaciones. Mucho de eso hubo en un aperitivo de duelos que serán a muerte en Temporada Regular: Rockets - Grizzlies, rivales directos en esa terrible Southwest (con Spurs, Mavericks y Pelicans: la División más fuerte de la NBA) y en la carrera por las escasísimas ocho plazas de playoffs de un Oeste en el que aspiran a ellas, en la parrilla de salida de la temporada, al menos diez u once equipos de forma totalmente legítima. Ganaron los Rockets, en realidad barrieron (113-93, 50-30 ya antes del descanso) en un partido que se quedó sin su atracción principal, una colisión Dwight Howard - Marc Gasol (dos de los cuatro mejores pívots de la NBA) abortada por unas molestias de rodilla del center de los Rockets.

Casi ningún jugador de los importantes pasó demasiado tiempo en pista, el que más un James Harden que, silbando, reventó el partido con 21 puntos en 21 minutos, 10 en un primer cuarto en el que los Grizzilies anotaron 12 (25-12), 6 de ellos un Marc Gasol que además cogió 3 rebotes y que no llegó a los diez minutos de juego, como Conley y Zach Randolph. El partido era para los secundarios y especialmente para los aspirantes a secundarios y de entre ellos, y en ausencia de Dwight Howard, emergió un nombre: Tarik Black, ala-pívot de 2,03 nacido precisamente en Memphis y que pasó por las Universidades de Memphis y Kansas antes de quedarse sin plaza en el último draft. Ahora busca acomodo en los Rockets después de haber probado en unos Grizzlies a los que dominó con 10 puntos… y 15 rebotes, en busca de una oportunidad en la NBA después de haber aparcado los cantos de sirena de la NFL.

Black promedió en su último año universitario, el único año en Kansas, poco más de 5 puntos y casi 4 rebotes por partido, insuficiente para estar entre los 60 elegidos en el draft 2014 a pesar de una capacidad para el juego físico cerca del aro en la que algunos veían una versión muy cruda (y evidentemente menor) de Zach Randolph. Pero mientras que los ojeadores de la NBA se mostraban fríos, un espectador muy especial salió asombrado de uno de sus partidos en Kansas: Aaron Rodgers, el extraordinario quarterback de Green Bay Packers, que vio en él un excelente receptor para sus pases.  El propio Black lo confirmó: “Sé que van en serio, Rodgers y yo nos hemos mandado algunos mensajes pero mi sueño es jugar al baloncesto. Si finalmente surge la oportunidad en la NFL, la estudiaré, no a todo el mundo se le abre una puerta así”. Así que de momento está en el baloncesto, intentando ganarse plaza en los Rockets como energy guy. Su segunda opción es el baloncesto europeo (o el chino, claro...). Y una posibilidad demasiado remota, compaginar baloncesto y fútbol americano: “podría hacerlo ajustando calendarios pero debe ser un desgaste horrible para el cuerpo”.

Así que Black pelea ahora por una plaza en una indefinida rotación de los Rockets en la que hay mucho que decidir a la espalda del núcleo Beverley-Harden-Ariza-Howard. El puesto de ala-pívot, de hecho el reparto del juego en las zonas, sigue siendo un casting abierto, como hace un año a estas alturas, en el que pelean Terrence Jones, Jeff Adrien, Donatas Motiejunas, el propio Black o un Joey Dorsey que está lesionado. Su compañero en el Barça y ahora en Houston, Papanikolaou, sí está haciendo méritos para repartirse los minutos de alero suplente con Francisco García: 9 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 2 tapones en menos de 24 minutos.

Los Rockets han ganado sus dos partidos de pretemporada (2-0), al contrario que unos Grizzlies que están en 0-2 haciendo ajustes y pruebas: Marc Gasol apenas ha promediado doce minutos por partido. Son dos equipos de la zona noble del Oeste que necesitan ser mejores para dar el salto al escalón que ocupan Spurs, Thunder y tal vez Clippers, y al que también aspiran los Warriors o incluso los Blazers dentro de un Oeste otra vez de competencia carnívora. Los Grizzlies, uno de los entramados defensivos más eficaces de la NBA, necesitan más ritmo de ataque y más aportación de puntos desde las alas. Y mucho de eso se sigue viendo en este arranque de temporada. Los Rockets, todo lo contrario, necesitan defensa y rebote, estabilidad para hacer más efectivos los puntos que suelen meter en formato chorro. Y en ello, con James Harden a la cabeza entonando el mea culpa, parece que están. Defensa y rebote: apartados en lo que les puede ayudar Tarik Black, el aspirante a meritorio al que trata de llevarse a la NFL un jugador que ya está entre los grandes de siempre, Aaron Rodgers. No está mal para no haber sido drafteado…