Los Dragic se cruzan en el camino de Estados Unidos

Eslovenia es la siguiente en esa especie de casting de Misión Imposible en el que se ha convertido el cuadro del Palau Sant Jordi de Barcelona para los rivales de Estados Unidos. Ni el último precedente ni los números animan a los de Zdovc, que perdieron con estrépito en Gran Canaria (101-71) ante un Team USA que les barre en casi todos los apartados estadísticos del campeonato. Varios cuerpos de ventaja en puntos por partido (99,5 por 82,7), rebotes (42,5-32,3), asistencias (22,2-13,8) y robos (14-7,5).

Tampoco ayudará a priori a Eslovenia su carácter racheado, casi ciclotímico, la volatilidad de sus pívots o el estilo vertiginoso que sienta bien a los hermanos Dragic… y de perlas a Estados Unidos. De los Dragic (y sobre todo de Goran, un rival al que se conoce y se respeta en Estados Unidos) pende el pequeño resquicio de milagro. Combinan 29,7 puntos por partido, el 35,9% de los que anota Eslovenia.

Entre los equipos supervivientes sólo otros hermanos, los Gasol, forman un dúo con el mismo impacto en el juego de su equipo: 36,1% de los puntos de España. A contraestilo, Estados Unidos es un bloque kilométrico en el que la pareja más productiva (Kenneth Faried y Anthony Davis) apenas aporta el 26% de la anotación (26,6 puntos por partido), el porcentaje más bajo de todo el campeonato.

Además de asegurar la victoria, los estadounidenses quieren seguir con una progresiva puesta a punto que dio un visible paso adelante en el partido de octavos ante México y que tiene dos objetivos fundamentales de cara a los partidos por las medallas: estabilizar la confianza de los tiradores, con Stephen Curry a la cabeza, y seguir reforzando el rol de DeMarcus Cousins, que puede ser clave si aparecen en una hipotética final los pívots de Brasil o, claro, de España.