GRUPO B | ARGENTINA 85 - 90 CROACIA
Un Scola imperial sucumbe ante la ametralladora croata
El ala-pívot logra 30 puntos pero no evita la primera derrota de Argentina. Croacia, con trece triples, fue letal desde el perímetro.
Es la magia de las 24 horas. Torneos donde un día no eres nadie y al día siguiente te crees Michael Jordan levantando el dedo hacia el cielo de Salt Lake City. Croacia es el ejemplo perfecto de esa magia. Ayer sufrió para vencer a una Filipinas en la que sólo el NBA Andray Blatche dio la cara. Un ala-pívot que aún no ha encontrado equipo en la mejor liga del mundo para el próximo año, pero que puso contra las cuerdas a una plantilla formada por jugadores de primerísimo nivel. Croacia ganó, pero no convenció. Hoy sí. Los de Repesa convirtieron su duelo con Argentina en un carrusel de triples, tocados por una varita y beneficiados por la mala defensa en zona de la selección sudamericana. En resumen: trece triples. Tres de un Bojan Bogdanovic que volvió a dejar claro que quiere ser el mejor alero del campeonato, y otros tres para un Krunoslav Simon que llevó la manija de su selección, bien secundado por un Oliver Lafayette que se fue a las nueve asistencias.
Argentina sólo encontró ritmo cuando Luis Scola y Facundo Campazzo se unieron en plena sintonía. El ala-pívot de los Pacers logró 30 puntos, mientras que el reciente fichaje del Real Madrid se fue a los 13 y 6 asistencias. Estuvo eléctrico, talentoso e inteligente. Lo suficiente para saber asumir galones cuando a Prigioni se le acabaron las pilas, y para buscar a un Scola que estuvo demasiado sólo en la pintura. Argentina sigue echando de menos a otro pívot que libere defensivamente a ese dúo eterno que Luis forma con Nocioni, y se nota. El ex del Baskonia estuvo desaparecido, bien defendido por un Dario Saric que le hizo sufrir, y mucho, en defensa, y que le dejó en 11 puntos y sólo 4 rebotes. Su mejor acción, un tapón a Ante Tomic cuando éste se disponía a hacer un mate.
A pesar del arsenal exterior croata y de la poca ayuda que Scola encontraba en sus compañeros, Argentina consiguió mantenerse en el partido. Mucho tuvieron que ver los casi tres mil aficionados que coparon las gradas del Palacio Municipal de Deportes de Sevilla para que aquello pareciese Buenos Aires, y mucho tuvo que ver un Campazzo que hará disfrutar al aficionado madridista esta temporada. Hasta puso un tapón contra tablero a Lafayette. Su conexión con Scola empató la elegancia de Bojan Bogdanovic y el talento de Saric hasta que el seleccionador argentino decidió sentar a su mejor jugador al final del tercer cuarto. Scola se fue al banco y, desde allí, vió como Croacia lograba un parcial de 1-11 y ponía casi imposible la victoria albiceleste. Lo intentaron, pero los croatas mantuvieron la solidez que les faltó un día antes contra una selección tremendamente inferior. Ya saben, la magia de las 24 horas.
85-90 para los balcánicos, que se ponen primeros del Grupo B a la espera de lo que haga Grecia.