VALENCIA 59 - BARCELONA 60 (0-2)
Tomic sepulta al Valencia Basket
El croata resuelve a dos segundos del final y tras dos rebotes seguidos de ataque un partido horrendo que pone al Barcelona a un paso de la final. El Valencia, agotado.República Dominicana-USA
Se jugó en el barro, se resolvió en el barro: con 59-58, el Barcelona jugó un horrendo último ataque con fallos de Navarro y Huertas que Tomic convirtió en dos rebotes de ataque y un ganchito que puso el 59-60 con dos segundos por jugar en los que Lafayette se jugó un triple imposible. Imposible: esa es la palabra para un Valencia Basket sangrado, agotado y al pie de una montaña: 0-2 y la final ya a tiro sólo de tres triunfos seguidos ante el Barcelona, dos ahora en el Palau (el primero, el martes). Imposible: si eso no lo es, se le parece mucho. El deporte está hecho de milagros, pequeños y gigantescos, y por eso no se puede dar nada por cerrado. Pero sí por muy avanzado. El Barcelona ha puesto un pie en una final que sería su octava seguida en Liga, la decimosexta en competición doméstica. Todas desde la de la Copa de 2009. Una barbaridad que enlaza con otra: el récord en cuartos de final de la ACB de Xavi Pascual como entrenador azulgrana: 18 victorias, dos derrotas.
El Valencia ni siquiera tuvo el guiño definitivo de la fortuna, al que se hizo acreedor por la furia ciega con la que combatió las adversidades (valoración final: 70-59). No por baloncesto: el partido fue un espanto. Pero sin Dubljevic y sin Aguilar y con una lista de tocados que incluye a Doellman, Trigueron, Lishchuk y Sato, se aferró a su penúltimo (¿último?) aliento de vida 48 horas después de haber descarrilado en el primer partido. Jugó 9 minutos para enmarcar (22-9) y se fue desmadejando después. La rotación corta y el rosario de cicatrices le quitan empuje a su habitual presión defensiva, le cargan de personales y le nublan las ideas en ataque. De esos 22 puntos en 9 puntos pasó a 33 (33-37) casi en el ecuador del tercer cuarto: 11 puntos y tres canastas en juego en un tramo de casi quince minutos de partido. Su mérito hasta el final, cuando el hachazo del Barcelona fue una sombra que nunca se consumó (40-44. 45-49…), fue sobrevivir y soltar dentelladas. Atrincherado en una zona 1-3-1 y tratando de anotar al menos un punto más que su rival. Le sobraron dos segundos para lograrlo gracias a la energía final de Doellman y Van Rossom, los únicos jugadores junto a Huertas que anotaron en dobles cifras en, repito, un partido verdaderamente feo. Horrible.
El Valencia tenía las coartadas de la necesidad hecha aprensión, la falta de fuerzas y de efectivos y el martilleo del 0-1 sobre su conciencia. Ha anotado 58 y 59 puntos después de, por ejemplo, meterle 95 al Barcelona en el duelo de Fase Regular en la Fonteta. El equipo de Pascual esta vez no tuvo mucha excusa. Jugó un partido malísimo del que sólo podrá rescatar el valor estratégico de la victoria (0-2 en la serie, 7-0 desde el desastre ante el Real Madrid en Milán) y la capacidad para apretar los dientes y reponerse a su horripilante primer cuarto. Al menos encontró vías para ganar en un duelo en el que se disparó en el pie en ataque y en el que le sostuvo una defensa que sin embargo tuvo desconexiones casi letales en los últimos minutos.
El Barça anotó 21 canastas en juego y perdió 15 balones. 44% en tiros de dos, 26% en triples (3/14 tras el descanso) y 66% en tiros libres. Sólo la asfixia final del Valencia le permitió dominar un rebote otra vez decisivo, como el jueves. Entre los dos partidos,59-88 a su favor, definitivo 18-28 en capturas en aro contrario. Tomic sumó 5 puntos y 5 rebotes (9+10 totales) en el último cuarto, y Huertas logró 7 puntos en un segundo tiempo en el que cada canasta supuso un nada estético trabajo de Hércules. Papanikolaou volvió a ganar muchas batallas físicas y al menos apareció el casi desahuciado Lorbek, que anotó 8 puntos tras el descanso y corrigió el mal día de Lampe y Nachbar. Navarro casi estropea del todo en el último cuarto un partido hasta entonces discreto y Oleson y Abrines han combinado en los dos partidos 7 puntos con una serie conjunta de tiro de 2/16. Pero el hecho es que el Barça necesitaba ganar al menos un partido en Valencia y ha ganado los dos. Esté como esté el equipo de Perasovic, que está hecho unos zorros. El mérito es indiscutible. Aunque haya necesitado para lograrlo avanzar a empellones por un partido con más personales (48) que canastas totales (41). Sale de Valencia propulsado hacia la final de la que ha sido durante toda la temporada una de las pistas más calientes de toda Europa. El Palau tiene ahora la palabra. La última, si todo sigue un curso de acontecimientos lógico.