Lafayette lleva a Valencia a las semifinales contra el Barça

El Valencia tuvo que tirar de oficio y de la calidad de Sato, Aguilar y, sobre todo, Lafayette (22 puntos), para doblegar a un Cajasol que tuvo a tiro las semifinales después de marcarse un partidazo en La Fonteta. El Barça espera en semifinales desde el jueves (en Teledeporte), pero mucho deberá mejorar el equipo taronja (alarmante y sorprendente el flojo partido de Doellman) para tener opciones ante los azulgrana.

El Cajasol salió dispuesto a que el tercer partido del playoff fuera una continuación del segundo. Defensa muy agresiva atrás y cargar los ataques en la pintura, aprovechando la ausencia de Dubljevic (con una lesión en el hombro). Esa fue la clave para incomodar al Valencia en San Pablo y Aíto, perro viejo, insistió. Y así fue picando piedra ante los taronjas cuyos ataques, en la primera parte, nunca fueron fluidos.

Cualquier otro habría sucumbido a las emboscadas cajistas. No este Valencia, que tiene tanta calidad equipo que, a base de arreones individuales, se va manteniendo en el partido. Los triples de Rafa Martínez, Lafayette y Aguilar fueron mitigando las acometidas de Bamforth y Satoransky. Otro de Sato, sobre la bocina del segundo cuarto, puso un 46-41 al descanso, muy frustrante para los visitantes, que hasta ese momento habían hecho casi todo bien.

El paso por los vestuarios le vino bien a Cajasol que inició el tercer cuarto con un parcial de 0-8 y adquirió la máxima ventaja (48-52). Aquí empezó el duelo de estrategas. Perasovic hizo de la necesidad una virtud y corrigió la cuarta falta de Lishchuck con un quinteto de cinco pequeños. Lafayette era el 2 y eso le calentó. Llevó a su equipo a la máxima ventaja (63-55) pero entonces reaccionó Aíto. Zona 2-3, kilos en la pintura con Hernangómez y 63-63.

El último cuarto fue un concurso de triples del que salió victorioso el más caliente: Lafayette. Sato, Van Rossom, Bamforth, Landry y Satoransky también anotaron de tres pero el 81-73 (min. 38) que puso Lafayette con dos tiros libres ya fue un muro insalvable para los de Aíto. Y eso que Satoransky, pedazo de jugador, y Bamforth, con un triple muy lejano a la desesperada que casi entra, lo intentaron hasta el final.