Un imparable Van Rossom lidera el martillo taronja

Valencia Basket cumplió los pronósticos y se apuntó el punto inaugural de la serie de cuartos de final ante el Cajasol. Los taronja fueron un martillo pilón que fue mermando a los sevillanos punto a punto, defensa a defensa. Así hasta acabar con una abultada renta de 30 puntos.

A diferencias de otros encuentros, los taronja no engancharon ninguna racha eléctrica que machacara a su rival en unos minutos brillantes. Con Van Rossom como líder fue golpeando a los de Aíto hasta coger una renta insalvable ya en el último cuarto del choque.

Nada más comenzar el duelo, todo el mundo se dio cuenta que esto ya es playoff, que ha empezado lo serio. A los taronja les costó encontrar el ritmo y adaptarse a la agresiva defensa cajista y el arbitraje play-off. Satoransky y Urtasun lideraban a un Cajasol que aceptaba el ten con ten con la sensación de la temporada.

Pero este Valencia tiene la final de la ACB entre ceja y ceja y si toca ponerse el mono de trabajo, lo coge y se lo pone. Así, fue Van Rossom el que le dio al interruptor del martillo pilón y Valencia se escapó en el tercer cuarto. Para siempre.

Un equipo. El belga rompió el partido a base de triples y asistencias. Doellman, siempre Doellman le acompañaba como gregario de lujo: 17 puntos y cinco rebotes sin apenas despeinarse, sabedor de que las batallas más duras del curso están por llegar. Y Lishchuk también sonrió. Se sintió importante por primera vez en todo el curso. Y esta es otra de las grandes noticias para Perasovic.

A pesar de que Bamforth lo intentó en solitario, Cajasol sacó bandera blanca. Satoransky acabó desquiciado y Perasovic dio descanso a sus mejores piezas. Mañana, en Sevilla, segundo acto. Será el primer match-ball de semifinal para los taronja.