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ESTUDIANTES 51 - BARCELONA 77

El Estudiantes no hurga en la herida del Barcelona

En el regreso a Vistalegre y el décimo aniversario de la final de 2004, un Estudiantes muy pobre se lo pone fácil a un Barcelona recién aterrizado de Milán.
Zaragoza-Barcelona

El ala-pívot croata del Tuenti Móvil Estudiantes Marko Banic, el pívot Lucas Nogueira observan la canasta del ala-pívot norteamericano del FC Barcelona Joey Dorsey, junto a su compañero, el base Víctor Sada, durante el partido de la jornada 33 de la Liga ACB que se juega hoy en el Palacio de Vistalegre en Madrid.
El ala-pívot croata del Tuenti Móvil Estudiantes Marko Banic, el pívot Lucas Nogueira observan la canasta del ala-pívot norteamericano del FC Barcelona Joey Dorsey, junto a su compañero, el base Víctor Sada, durante el partido de la jornada 33 de la Liga ACB que se juega hoy en el Palacio de Vistalegre en Madrid. Alberto MartínEFE

El Estudiantes-Barcelona es uno de los grandes clásicos del baloncesto español. Se cumplen diez años, hoy se conmemoraban, de la final liguera que ambos disputaron con triunfo azulgrana. En el duelo de la temporada pasada en Madrid, la afición colegial vivió uno de sus días más felices de los últimos tiempos: triunfo por 22 y billete para la Copa del Rey. Pero esta vez el partido fue de perfil bajo, de escasa tensión y ninguna competitividad. En cuanto el Barça metió tercera, ni siquiera cuarta, ganó de calle. Recién aterrizado de la Final Four y con las heridas aún frescas. Con esa mezcla de melancolía y pereza que abona costalazos. No lo hubo esta vez porque Estudiantes no pudo ni buscarlo. Tampoco había, claro, nada en juego: el Barça será tercero y el Estudiantes terminará en zona templada, casi equidistante entre el playoff y el descenso.

Pascual descartó a Hezonja y Lorbek y tuvo que poner el despertador después de un primer cuarto pésimo de un Barcelona que parecía seguir jugando la semifinal de Milán, la que casi ni jugó. 20-14 para un Estudiantes que básicamente aprovechó las pérdidas y lagunas defensivas de su rival. Sin grandes aspavientos y con un buen inicio de Slokar se vio 22-14 en el inicio del segundo parcial… y 41-64 en el arranque del último, un parcial de 19-50 en apenas medio partido que aireó la enorme diferencia que hay entre ambos equipos, por mucha resaca y mucha falta de necesidad que tiñera el duelo.

La valoración pasó de 27-10 tras el primer cuarto a un 43-101 total. Las pérdidas, de 3-5 a 18-11. El Barça gobernó el rebote y tiró mejor, así que despegó de forma progresiva y sin oposición, con el partido ventilado ya durante el tercer cuarto. Lo mejor fueron los minutos de Todorovic, los necesita, y la aportación de Abrines y un Navarro que dirigió el despertar de su equipo en el segundo cuarto. Lampe también aprovechó su oportunidad y ha jugado ya un buen puñado de buenos e intrascendentes partidos que quizá le hagan más útil en playoffs. O quizá no. Abrines firmó la última brecha del marcador ante un Estudiantes en el que sólo valoraron en dobles cifras Van Lacke y Slokar. Jaime Fernández fue de más a menos y Nogueira demostró que tiene tantos muelles como trabajo por delante.

El partido, en definitiva, fue una dócil terapia para el Barça, que ha ganado con autoridad los dos partidos jugados tras el hundimiento ante el Real Madrid. Ante CSKA y Estudiantes y sin nada en juego pero al fin y al cabo partidos que es mejor ganar que perder. No hay de otro tipo. Cerrará Fase Regular ante el Cajasol antes de abrir unos playoffs en los que se juega, muy necesitado, la nota de la temporada. Allí ya no estará un Estudiantes que lo mejor que tiene ahora mismo son los recuerdos: los de su bonita historia, los de 2004 o sencillamente los de aquel partido ante el Barcelona de la temporada pasada…