Real Madrid y Barcelona se medirán este viernes en la Final Four, en el Mediolanum­ Fórum de Milán, por un puesto en la final de la Euroliga. Y lo harán con respaldo en la grada. Entre ambos sumarán más de dos mil aficionados en el pabellón italiano: entre 1.200 y 1.300 madridistas y cerca de 1.000 culés.

No son las cifras del fútbol, queda claro. Pero no es lo mismo una final a partido único, con viaje de ida y vuelta en pocas horas, que tener que desplazarse en un día laborable y abonar como mínimo dos noches de hotel. Tampoco resulta sencillo que los clubes contraten un vuelo chárter. El Barça lo hará, pero no le saldrá económico a los seguidores que opten por esta opción. Viajarán a Milán en un avión más pequeño y volverán ya con el equipo y sus familiares el mismo domingo. El Madrid lo descartó por el precio, más elevado que el de un billete en vuelo regular. El año pasado, en la cita de Londres, reunió a casi 1.400 seguidores en el O2 Arena.

El CSKA de Moscú se moverá en unas cifras parecidas a las del Barcelona: cerca de 1.000 aficionados animarán a los de Messina. Nada que ver con la marea amarilla del Maccabi­, que otra edición más será la hinchada mayoritaria. A la Euroliga le consta que sus seguidores han comprado más de 3.100 localidades, pero desde Tel Aviv nos aseguraban ayer que se están haciendo con más entradas de los aficionados que las adquirieron anticipadamente sin saber si su equipo se iba a clasificar. Ese fue el caso, por ejemplo, de los tifosi del Armani Milán, que tenían ventaja de cancha en cuartos de final y cayeron precisamente ante el Maccabi. En total, los de Blatt podrían contar con el respaldo de cerca de 5.000 israelíes en el Mediolanum Fórum, cuyo aforo se ha fijado en 12.538.