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BILBAO BASKET 92 - LA BRUIXA D'OR 64

El Bilbao Basket abusa de una Manresa ya descendido

Partido cómodo para los hombres de negro ante un equipo muy indolente. Markota y Mumbrú, los más destacados, más la defensa de Alberto Díaz.

Bilbao
El jugador del La Bruixa d'Or Oliver Arteaga (i) presiona al jugador del Bilbao Basket Alex Mumbrú (d).
El jugador del La Bruixa d'Or Oliver Arteaga (i) presiona al jugador del Bilbao Basket Alex Mumbrú (d).EFE
ACB

El Bilbao se ha llevado su penúltimo partido en casa de este año ante un Manresa ya descendido deportivamente por segundo año consecutivo (aunque vuelve a tener muchas opciones de mantener la categoría si Palencia o Burgos no lo impiden con un milagro económico).

El único interés de la cita residía en repartir juego con baloncestistas poco agraciados sobre la pista este año, y comprobar el inquebrantable compromiso de los hombres de negro y el cariño de Bilbao hacia Pere Romero, técnico manresano que compareció como visitante.

Mumbrú y Raúl López andan tocados en la rodilla, y Hervelle sale de una lesión en esa misma zona. El club de la rodilla siempre en la lucha. Ha sido un año con impagos, mil mentiras por parte del agente de dos de ellos, problemas físicos, una huelga… pero a esta gente hay que matarla para que se borre como hizo Monroe en el Nou Congost.

El capitán de los hombres de negro hizo 12 puntos en los primeros siete minutos. Y se acabó lo que se daba. El Bilbao aplicó la tortura en primera línea a un Manresa muy blando (a Creus le viene grande todo con ese apellido), y los robos ahí le dieron un gran botin de puntos para ir amasándolos todo el partido: 40-19 en el segundo cuarto.

Alberto Díaz es una lapa en defensa, sale a morder en cada jugada y se ha ganado ya a Miribilla. Le sigue penalizando su falta de tiro (como al exBilbao y exManresa Javi Rodríguez), pero con ese instinto hará carrera en un equipo humilde de ACB. El base cedido por Unicaja hizo su mejor partido en la élite.

El partido fue suave como el terciopelo. Como el/la ganador/a de Eurovisión. El primer cuarto se cerró con cuatro faltas (una por los locales). Romero reclamó más actitud: su equipo era indolente, jugaba horizontal y no tenía incidencia por dentro. Todo lo fiaba al acierto en el tiro. Luego refugió a su gente en una zona, cuando veía que no tenían sus tiradores en pista, pero dio igual estos volvieron para mantener el mismo escenario.

Un triple muy afortunado a tabla de Bertans cerró el primer acto con 30-15. Con el 40-19 sólo habían anotado cuatro visitantes. Arteaga recibió un golpe en el rostro que le produjo sangre y tuvo que ser atendido. Eso restó la poca energía que tenían en el rebote.

Tras el descanso, La Bruixa d’Or encontró una mejor postura y se acercó a 50-37. El canto del cisne del peor equipo que ha pasado por Miribilla este año (los vizcaínos no han ganado fuera este año desde que sometieron a los manresanos en la primera vuelta). El Bibao pegó otro acelerón para irse al 63-41 tras triple de Mumbrú. Y de ahí al 77-43. Markota hizo dobles figuras (10-12) con una facilidad pasmosa.

Pere Romero acabó molesto: “Es inaceptable que en un balón dividido haya más gente de negro por el suelo. Seguiremos trabajando pese a todo; si puedo hacer que lo entiendan y sirvan para el año que viene, siempre que siga yo, ahí estaremos…”.

El público le despidió con una ovación: “He dejado muchos amigos, aquí he pasado de los mejores años baloncestísticos. Se hace difícil verlo desde el otro banquillo. Lo que tengo es por cómo soy y lo que no, también. Me aprecian y no dudaba de ello. Sé como sois los bilbaínos”, explicó en rueda de prensa.