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BARCELONA 86 - REAL MADRID 75

Primer triunfo del Barcelona ante el Madrid esta temporada

El equipo azulgrana jugó mucho más metido en el partido y llegó a ganar por 26 puntos (76-50). Expulsado Rudy (dos técnicas) y excelente partido de Abrines y Papanikolaou.

Primer triunfo del Barcelona ante el Madrid esta temporada
Toni GarrigaEFE

De haber jugado a adivinar el encuentro, no nos hubiéramos desviado demasiado de la realidad. Quizá en el resultado, abultado, más de la cuenta durante varias fases del partido (76-50), pero el resto respondió a lo previsto. El Barça salió en tromba. Más motivado, incluso con más presión por vencer, por derrotar por primera vez a los blancos esta temporada. Era el Palau, su casa, y arrancó 19-5 con Tomic metiéndolas todas en un rango de tres metros del aro (12 puntos en 14 minutos). Muy suelto el croata, sin ayudas defensivas para frenarle. Tanto, tanto, que es lícito pensar en una trampa táctica de lo que no sucederá en Milán el próximo viernes.

Ese break inicial marcó el Clásico. Porque no era día para gestas, para remontadas heroicas, para un derroche extraordinario de energía, tampoco había factor motivador que lo propiciara. Y el Barça agarró esa renta y la festejó puño en alto con su afición, deseosa de sacudirse el dominio madridista de los últimos meses. Igual que lo celebró Papanikolaou (18 tantos, 12 rebotes, 4 robos, 3 asistencias y 28 de valoración), autodesignado villano en la última jugada de la Copa. Un triunfo de confirmación rotunda, que le dice al equipo que va por el buen camino. Lo sabemos todos, pero a veces los protagonistas, por mucha seguridad que aparenten, necesitan escucharlo. Y lo hicieron de boca del Palau. Respaldo anímico.

¿Y el Madrid? Lo había dicho Rudy en la previa: “Sabemos qué partido es éste y cuál el del próximo viernes”. Incluso sacó también su lectura positiva. Ya sabe que el Barça en la Final Four será tan peligroso como se preveía, y un poquito más. Si había algún amago de autocomplacencia, un deje de superioridad, se esfumó de un plumazo. El hambre de victoria crece con los tropiezos. El Barcelona empezó arrasando en el rebote y terminó perdiendo la batalla (38-43 sin Felipe Reyes, ausente por molestias en la cadera, nada grave). No fue el reflejo del partido. El deseo era azulgrana; la dispersión, blanca. Los locales encadenaban contraataques y transiciones tras pérdidas del rival (hasta 15). Se mostraban más lozanos, mucho mejor en defensa. Carroll sufría y Abrines despegaba.

Llull acertó de tres (flojísimo 6 de 23 del equipo blanco) y redujo la desventaja a siete tantos: 47-40. Respuesta enemiga: tres triples seguidos y partido medio roto. Abrines hacía de Navarro (fuera de foco) y se iba hasta los 20 puntos. El Barça defendía y corría, y pasaba mejor (21-11 en asistencias). Los de Laso no enseñaban sus cartas, muy individuales tanto Sergio Rodríguez como un Rudy especialmente vigilado, hasta por tres defensores en alguna penetración. En una de ellas se llevó el enésimo golpe y le sentó mal. En el saque posterior, Slaughter hizo falta en ataque y las protestas terminaron con Rudy descalificado. Dos técnicas y al vestuario.

Los culés culminaban entonces un parcial de 23-5 en cinco minutos que ahogaba cualquier amago de reacción (70-45). El acierto final de Mirotic (19 puntos) maquilló el marcador definitivo: 86-75. El Barça toca la tercera plaza y al líder aún le falta un triunfo para asegurar el primer puesto. En seis días, más y mejor. La Final Four.