AS COLOR
Rodman: locuras de un gusano que fue la reina de la NBA
Durante sus años como jugador de baloncesto consiguió cinco anillos de la NBA, pero su vida dio que hablar tanto dentro como fuera de las canchas. Final NBA: Rockets vs Warriors
El filósofo Séneca afirmaba que no existía un genio sin un gramo de demencia. Si el gran filósofo hispano hubiese conocido la vida, fuera y dentro de las pistas, de Dennis Keith Rodman seguro que hubiese tenido claro que se había quedado muy corto en su afirmación. Rodman, ‘The Worm’ (el gusano), Cruella de Vil, es el miembro más peculiar del Salón de la Fama de la NBA. Su inclusión, el 12 de agosto de 2011, se debe a su gran calidad en las canchas como reboteador y defensa fajador y como ganador de cinco anillos de la NBA, formando parte de dos de los equipos más legendarios de la historia de la NBA: los Bad Boys de Detroit y los Chicago Bulls de Michael Jordan.
Pero tampoco se debe dejar de lado su poder de atracción. Ejercía un sorprendente magnetismo sobre los medios de comunicación y sobre los aficionados, que lo amaban o lo odiaban por esa belicosidad en el juego, por sus infinitos tatuajes, por sus incesantes cambios de color en el pelo y sus interminables piercing que decoraban su cara. Todo ello creó a uno de esos jugadores que marcaron una época dentro de la mejor liga de baloncesto del mundo.
Su vida comienza en Trenton, Nueva Jersey, el 13 de mayo de 1961, una de las ciudades más conflictivas de los Estados Unidos. Como una gran parte de su comunidad, Rodman fue criado únicamente por su madre. Su padre, Philander Rodman, un expiloto de cazas de la guerra de Vietnam, abandonó a Dennis y a sus dos hermanas cuando éste tenía sólo tres años. Su progenitor se afincó en Filipinas y, según el propio Rodman, durante su vida engendró unos cuarenta hijos. Philander sólo recordaba 28. Criarse acorralado por la violencia de los suburbios de Dallas, sin padre y rodeado de mujeres marcaron su espíritu y su personalidad. El destino del Rodman niño nunca fue el de la NBA. A pesar de jugar al baloncesto desde su infancia, su poca altura le conducía a una vida alejada de las canchas. Incluso llegó a tener un empleo a sus 16 años en el aeropuerto de Dallas. Pero todo cambió a sus 17 años cuando experimento un gran estirón. Rodman pasó de 175 centímetros a superar los dos metros de altura. Su nuevo tamaño y su ímpetu guerrero le hicieron un hueco en el equipo del Cooke Country College, donde sus números le permitieron entrar en la Southeastern Oklahoma State University. La universidad, encuadrada dentro de una de las divisiones menores del baloncesto universitario (la NAIA), fueron forjando su estilo de juego atlético, físico y de cierta dureza que le hicieron encajar a la perfección en los Detroit Pistons, los ‘Bad Boys’ de Chuck Daly.
La franquicia de Detroit, con Isiah Thomas a la cabeza y secundado por Joe Dumars y Bill Laimbeer, escogieron al joven Dennis en la segunda ronda del Draft, en el puesto 27. Desde el principio su juego fue ganándose el amor de los aficionados y el de su entrenador y compañeros. Durante su estancia en el equipo de la Motown consiguió sus dos primeros anillos de la NBA. Su dominio en el zona, en los rebotes a ambos lados de la pista y sus actuaciones defensivas sobre jugadores de la talla de Michael Jordan o Larry Bird (del que dijo que estaba sobrevalorado), le permitieron ser galardonado como mejor defensor del año y máximo reboteador de la NBA en dos ocasiones.
En su última temporada en Detroit, la de 1993, empezó a forjarse el personaje que acompañaría a Rodman durante el resto de su vida. Una noche de diciembre fue encontrado en un parking cerca al pabellón The Palace of Auburn Hills sentado en una camioneta. Un arma cargada colgaba de su mano. En su autobiografía (‘Bad as I wanna be’) señala que fue esa noche cuando mató al viejo Dennis y nació el nuevo. “He decidido matar al impostor que estaba dentro de Dennis Rodman, para dejar salir al nuevo Dennis, voy a vivir mi vida del modo que quiera para ser feliz, y eso haré”, escribió en su biografía sobre lo ocurrido esa noche, mostrando su inclinación a la depresión y, por qué no, a esa teatralidad que le harían inmortal. No es la única confesión que relata, su bisexualidad también es otro de los grandes temas de un libro que presentó vestido de novia ante los medios de comunicación. A pesar de su actitud, la franquicia decidió retirar el número 10 que lució durante toda su etapa como jugador azul.
Tras ese último año, Rodman dio con sus huesos en los San Antonio Spurs de David Robinson. Su estancia en la franquicia texana duro sólo una temporada (1993-94). A pesar de ayudar a Robinson a descargarse de funciones dentro de la cancha, lo que posibilitó al ‘Almirante’ conseguir el título de MVP de la temporada regular, sus personalidades chocaban. El comedido Robinson no quería ‘punks’ en su equipo.
Durante su estancia en Texas dio muestras de su personalidad excéntrica, de un gusto incomprensible por el exhibicionismo y un reguero de actos políticamente incorrectos. Gritos de búsqueda de atención que durante seis años pudo mantener en calma Chuck Daly.
El ‘renacido’ Rodman se perdió durante esa temporada 14 partidos al dislocarse un hombro tras un accidente de moto y se descalzaba en el banquillo como protesta por ser sustituido. Su romance con Madonna tampoco ayudó a mantener los focos alejados de él. Un affaire amoroso que acabó con acaloradas declaraciones cruzadas. La reina del pop señaló que el estrafalario Dennis era un amante bastante decepcionante, contestando así a las palabras del jugador que describió en su autobiografía el primer encuentro sexual entre ambos con todo lujo de detalle.
Su incidente más cómico surgió durante un partido contra Houston. Su entrenador, John Lucas, cansado de su impuntualidad, decidió dejarle en el banquillo durante todo el encuentro. Ante esta situación, Rodman en una esquina del banquillo, decidió tomar el toro por los cuernos. Cogió una toalla y un rotulador y mostró a las cámaras un grandilocuente mensaje: “Perdóname, ¿puedo jugar?”.
Su participación en San Antonio llegó a su fin. Pero el destino le tenía preparado el mejor regalo posible para un niño hiperactivo y necesitado de atención: los Chicago Bulls del regresado Michael Jordan, para cubrir el hueco de otra leyenda del baloncesto, Horace Grant. El rumor más extendido es que Rodman, una vez conocido el traspaso a la franquicia de Illinois, se gastó 80.000 dólares en celebrarlo. Sus tres temporadas en la franquicia del toro fueron exitosas. Consiguió tres anillos más para su palmarés, los últimos que lograría. Pero sus éxitos fueron acompañados de polémica. A pesar de que el maestro Zen, Phil Jackson, le dotó de una atención y una importancia sólo comparada a la que le dio Chuck Daly, los escándalos sexuales le acompañaban. En menos de tres meses recibió dos demandas por acoso sexual, ambas con origen en fiestas de Las Vegas. El problema se acentúa si se ven esas demandas en el tiempo y en el espacio. Una de las acusaciones le llegó en plenas finales de la NBA del 98, y justamente después de volar a Detroit para subirse a un cuadrilátero de wrestling junto a Hulk Hogan.
Sus andanzas en Chicago le valieron la rescisión del contrato publicitario con Nike. “Está loco”, comentó el cofundador de la marca, Philip H. Knight, tras observar horrorizado junto al resto de los espectadores del Target Center de Minnesota como propinaba una patada a un cámara de la televisión. Aunque esta acción queda en nada si se compara con el cabezazo que le propinó al árbitro Ted Bernhardt que le valió seis partidos de suspensión. La era Jordan en Chicago finaliza, y el equipo campeón se desintegra. El 23 de los Bulls anuncia una nueva retirada, Scottie Pipen pone rumbo a Houston y Rodman da con sus huesos en Hollywood. Los Ángeles Lakers fueron su destino durante la temporada del ‘lock out’ en la NBA (1998-99).
Durante el cierre patronal que duró seis meses, Rodman descubrió lo que la vida podía ofrecer a un millonario jugador de la NBA sin equipo (en esos momentos): Las Vegas. Fiestas, alcohol y mujeres fueron la dieta que siguió de forma escrupulosa. Pero como no sólo de pan vive el hombre, y ante el hecho de que no tenía ingresos, Rodman tuvo que buscar otros medios de financiar sus noches de diversión. La lucha libre y la interpretación fueron sus fuentes de dinero.
Su salto a la interpretación lo realiza un año antes del ‘lock out’ de la mano del elástico Jean Claude Van Damme. Juntos protagonizaron la película de acción ‘Double Team’ (1997). Rodman interpreta a Yazz, un traficante de armas que ayudará a Van Damme a salvar a su mujer y su hija. Toda una ‘obra de arte’. Pero a pesar de las críticas a su trabajo, que le valieron varios premios a peor actor del año, Rodman no se arrugó y actuó en otras tres películas: ‘Bad as I wanna be: The story of Dennis Rodman’ (1998), ‘Rescate explosivo’ (1999) y ‘Cutway’ (2000). Todas ellas de dudosa calidad cinematográfica.
El ‘lock out’ finaliza y las novias le llueven a un Rodman sin equipo. Lakers, Orlando Magic y Miami Heat luchan por hacerse con sus servicios. Pero Los Ángeles será su destino, a pesar de los recelos de varios tótems angelinos como Magic Johnson o Jerry West. En una multitudinaria rueda de prensa dada en el Planet Hollywood de Beverly Hills, declaró su deseo de formar parte de los Lakers y jugar junto a Shaquille O’Neal (“Necesito un matón en mi vida”, declaró el pívot ante la posibilidad de jugar junto al ‘Gusano’).
Durante la rueda de prensa, el jugador no paró de recibir el amor de su nueva novia, la actriz Carmen Electra. Tanto era ese amor, que fue imposible conseguir una foto de Rodman sin la presencia de la vigilante de la playa. Su romance comenzó a forjarse en una discoteca de Los Ángeles en febrero de 1998. Una relación que se mantuvo en un discreto segundo plano durante la consecución del tercer anillo de Chicago. Se casaron en Las Vegas en noviembre de ese mismo año. A los nueve días del enlace, el jugador pidió la nulidad matrimonial. Su abogado, Gerald Philips, pretendía eludir lo ilegal de aquella solicitud y amenazó con utilizar un buen número de testigos que indicarían que en el momento del “sí, quiero”, Rodman estaba bajos los efectos del alcohol. A las pocas semanas, Carmen Electra descubrió a su marido con dos mujeres en la habitación de un hotel. Despechada, decidió caer en los brazos del todavía marido de Pamela Anderson (su compañera en ‘Los vigilantes de la playa’) y batería de Mötley Crüe, Tommy Lee. En las siguientes semanas, el músico decidió redoblar su número de guardaespaldas como anticipo de lo que ocurriría días después, cuando Rodman se presentó en un concierto del grupo y sólo la seguridad del batería impidió la pelea.
La pareja pasó junta la Nochevieja de 1998. Tras la cual, el jugador manifestó, a través de su hermana, su intención de revocar la petición de nulidad. A pesar de todo ello, el matrimonio finalizó al año siguiente como empezó, con muchas líneas de tinta en las páginas del papel couché.
Ya no fue el mismo. Su llegada y salida de los Lakers se produce en la misma temporada. Su gran calidad choca con su desapego por las normas de disciplina y de puntualidad. El paro no le sentó muy bien. Fue encarcelado después de una fuerte pelea con su ex, Carmen Electra, en la que ella tuvo que huir de la habitación del hotel donde se habían acostado tras una noche de fiesta. La versión sobre el incidente era diferente según quién fuera el narrador. Electra acusaba a Dennis de haberla golpeado e insultado en un ataque de celos; mientras, el pívot acusó a la actriz de intentar introducir un macarrón por su ano cuando se encontraba dormido, lo que le enfureció hasta perder el control.
Sus problemas con la justicia no eran el mejor anuncio para volver a las canchas, pero cuando existe un loco, siempre hay un excéntrico que le acoge. En la vida de Rodman ese personaje fue Mark Cuban, propietario de los Dallas Mavericks. Cuban necesitaba a Dennis tanto como reclamo publicitario, como para mejorar los resultados del equipo. La conexión era perfecta y el propietario se plegó a todas las exigencias de Rodman, el cual se dirigió a la franquicia de Cuban al no tener muchas más elecciones.
No duró mucho su presencia en Dallas (1999-2000). Los pecados de Los Ángeles se repitieron y sólo jugó una temporada. En 2000 se pone fin a su brillante carrera en la NBA. Posteriormente jugó en el Fuera Regia de Monterrey y en los Dragones de Tijuana, antes de dar su salto a Europa. En Inglaterra se vistió la camiseta de los Bears de Brighton y en Finlandia, la de los Torpan Pojat.
El paso de los años no han cambiado el carácter de Rodman. Con 52 años y tras haberse hecho millonario gracias a sus contratos NBA y publicitarios, está atravesando grandes dificultades a nivel económico. Rodman fue denunciado por su exmujer Michelle por impago reiterado de la manutención de sus hijos, cifra que rondaba los 800.000 dólares. Además, debía más de 51.000 dólares en pagos a Michelle. En este caso, los abogados de Rodman trabajaron gratis porque el famoso exjugador NBA estaba en la quiebra y no podía hacer frente a las tasas adicionales. El alcohol y las drogas son otros de los problemas que se deben añadir a la lista del exjugador.
Su última aparición pública junto al dictador de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha sido polémica y muy comentada. Cuando fue preguntado por esta visita, Rodman respondió: “Kim es un buen chico, pero está triste porque el presidente Obama no le coge el teléfono”. Genio y figura hasta la sepultura.