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CLIPPERS 113 - WARRIORS 103 (3-2)

Arranca con victoria para los Clippers la era post-Sterling

Dejaron todo de lado para lograr un triunfo clave ante los Warriors de un desacertado Curry (ocho pérdidas). Imparable DeAndre Jordan (25 puntos, 18 rebotes y 4 tapones).

Jamal Crawford y DeAndre Jordan se abrazan en los instantes finales del partido.
Jamal Crawford y DeAndre Jordan se abrazan en los instantes finales del partido. AFP
NBA

Sterling ya es historia. Los Clippers pusieron fin a la pesadilla con el apoyo de su afición, la cual portó numerosas pancartas en el interior y en los aledaños del Staples Center a favor de su jugadores y de la medida tomada por la NBA. Como deseó el comisonado Adam Silver en su misiva publicada tras su comparecencia en la que anunció la suspensión de por vida al por el momento aún propietario de la franquicia, la atención volvió a centrarse en el juego. La franquicia lanzó el mensaje en el videmarcador: "Todos somos uno" ("We are one" en inglés), y así sucedió. El equipo de Doc Rivers consiguió abstraerse para sumar un valiosísimo triunfo ante los Warriors (113-103) que les otorga ventaja en la serie (3-2).

DeAndre Jordan resultó fundamental. Su portentosa actuación (25 puntos, 18 rebotes y cuatro tapones en 38 minutos) fue determinante. Se convirtió en el amo y señor en ambas pinturas. Consiguió unir su nombre al de jugadores como Tim Duncan, Kevin Garnett, Shaquille O'Neal y Dwight Howard, algunos de los jugadores en lograr número similares en partidos de playoffs. Hasta hoy, el de los Spurs había sido el último de ellos en lograrlo tras hacerlo en 2008 ante los Lakers. Es más, si atendemos al 80% (8/10 en tiros de campo) de acierto alcanzado, pasa a convertirse en el único hombre con semejantes guarismos en los playoffs. Casi nada.

El resto de sus compañeros supieron secundarle. Chris Paul, algo desacertado en el tio, hizo un poco de todo (logró 20 puntos, siete asistencias, seis rebotes y cinco robos). Por su parte, Blake Griffin aportó otros 18 puntos y siete rebotes. A su vez, Jamal Crawford (19 tantos) y Darren Collison (15) acabaron por decantar la balanza a favor de los angelinos. "Simplemente pensé que tenían una gran fuerza mental. Querían ganar este partido. Estoy orgulloso de ellos", valoró Doc Rivers tras el encuentro.

El banquillo local fue mucho más decisivo que el visitante (36 puntos por 19). Ahí residió una de las claves, pese a que todos los integrantes del quinteto de Mark Jackson anotaron en dobles figuras, destacando los 21 tantos de Klay Thompson y lo 18, ocho rebotes y ocho asistencias del batallador Iguodala. Otra de las claves que explican la derrota de los de Oakland fue la gris noche de su jugador franquicia, Stephen Curry. El base se quedó en 17 puntos y cuatro asistencias, para acabar perdiendo ocho balones, su récord en un encuentro de la postemporada.

De la mano de un imperial DeAndre Jordan (10 puntos en el primer cuarto), los Clippers saltaron a la cancha dispuestos a comerse el mundo. Espoleados por la liberación de haber dejado atrás la vergüenza sufrida en los días anteriores, cerraron el primer periodo con una cómoda renta (31-21). En el segundo cuarto, los Warriors lograron reaccionar, pero un triple de Chris Paul y otros tres tantos de Jordan dejaron en ventaja a los angelinos (55-50).

El partido siguió por los mismos derroteros, con los Clippers dominando aunque sin conseguir despegarse definitivamente en el marcador. Parecieron conseguirlo a tres minutos para la conclusión con dos tiros libres de Collison (103-92), pero un parcial de 2-7 anunciaba batalla de cara al último minuto. No llegó a ser así, los angelinos manejaron la situación y no les tembló el pulso para sentenciar desde la línea.

Recuperada la normalidad, le serie podría decidirse en la Bahía en la próxima madrugada del jueves al viernes. Para ello, los angelinos deberían imponerse en el feudo de un Curry que está dispuesto a recuperar sensaciones para alargar la serie hasta el final.