El mejor partido de la historia de la liga regular. Así vende la ACB este duelo. Y es verdad, nunca antes el líder y el segundo se cruzaron más allá de la jornada 10 con un porcentaje de victorias tan alto: 94,54%. Son 52 triunfos de 55 posibles entre ambos (27-0 y 25-3). Los dos mejores primeros de siempre. No es mal cartel (12:40, La 1) en un Palacio donde los de Laso no pierden desde junio, tampoco en Euroliga: 29 celebraciones seguidas.

Real Madrid y Valencia son la viva cara del éxito. Arriba en la Liga y arriba en Europa, muy arriba. Los blancos vuelven al recinto de Goya —si les ha dado tiempo a salir— en plena resaca de su batalla con el Olympiacos, cerrada apenas 38 horas antes. Piernas fatigadas, cuerpo dolorido y mente agotada para afrontar su octavo partido en 17 días, el cuarto de esta semana (“Estamos muy cansados, hay que revisar el calendario y reducir los partidos, esto no es la NBA”, dice Rudy). Pero eufóricos por el botín conquistado, por repetir en la Final Four. Los taronja, en cambio, se alejan de esa exaltación de emociones que vive el rival. Lo suyo casa más con la meditación, con una rigurosa preparación a sólo cuatro días de medirse al Unics Kazán en la Fonteta en la ida de la final de Eurocopa.

La prioridad de ambos parece clara: evitar más lesiones (Draper es baja en los locales y Triguero y Lishchuk, en los visitantes). Sin embargo, todos ven la señal de prohibido levantar el pie del acelerador. Sobre la mesa está el liderato. Y es una lucha real. Me explico: el Valencia tiene tres derrotas más a falta de seis jornadas, pero al Madrid le resta un partido aplazado y un calendario más duro. Los de Perasovic pueden acabar sin más tropiezos, de hecho, desde que cayeran en casa con el equipo blanco (el pasado 22 de diciembre) su balance es de 16-1.

Barça. Al líder, en cambio, le quedará visitar, entre otros, al Barcelona y al Unicaja. Sendas derrotas, unidas a una hoy por más de siete puntos (75-82 en la Fonteta), podrían hacerle saltar de la silla. Si gana, entonces sí, el primer puesto sería definitivo y con él la ventaja de cancha en todos los playoffs. Más tiempo para pensar en la Final Four.