LABORAL KUTXA 76 - BILBAO BASKET 70
El Baskonia remonta 15 puntos en un derbi con polémica
El Bilbao demostró su orgullo y llevó al Baskonia al límite. Heurtel tomó decisiones arriesgadas para evitar el descalabro en el derbi. Polémica en los instantes decisivos.
El Buesa dejó espacio a un derbi vasco de los de antaño, de los grandes. Porque el Bilbao está muy cojo, se tambalea casi hacia la desaparición, pero la parte que nunca falla, la de la plantilla, sigue aferrándose a que todo sigue como siempre. La personalidad de jugadores como Markota y Mumbrú, más el desparpajo de otros como Alberto Díaz, llevó la refriega ante el Baskonia a un cara o cruz. Con 66-69, a minuto y medio del final, la tensión se mascaba en el recinto vitoriano. Los locales no se habían puesto por delante hasta que restaban 2:28. Y una acción clara de Gabriel de espaldas, posiblemente en falta no pitada, encolerizó primero al pívot internacional y luego, cuando sí castigaron en el otro lado una acción tal vez menos punible de los visitantes, Mumbrú, tal vez poseído por la impotencia que lleva soportando todo el año, se puso como pocas veces se le ha visto, aplaudiendo hasta a la grada. Hubo técnica a Gabriel y se acabó el asunto. Se lanzaron algunos objetos al banquillo bilbaíno.
No estuvo Josean Querejeta y sí acudió al palco Carlos Del Campo. Buena señal. Uno de los miembros del grupo alternativo de gestión se dejó ver por la zona de autoridades (se acomodó con Salva Guardia, de la Fundación, unas filas más atrás que la principal cabeza visible, Savovic) para evitar señales de abandono. El Bilbao tuvo que escuchar coros desde el fondo de ‘Indar Baskonia’ de “No vais a cobrar”. Aprovechando la dimisión defensiva de los vitorianos, los ‘hombres de negro’, que arrancaron un 0-9, se fueron a 16 puntos de ventaja (35-51). El cuadro de Scariolo, muy distraído por la crisis del vecino, escuchó pitos por parte de la platea por no tomarse en serio a su adversario, caído en desgracia económica y estructural. Abusó del tiro triple, luego se vio con prisas y esperó acontecimientos.
Heurtel cogió las riendas porque aquello se desbocaba. El Bilbao empezó a encontrar los pasadizos cerrados por Pleiss y manoplas como soles punteando sus tiros. En el último cuarto, bajo el aro no había mucha opción de colarse. La pasión de los viejos derbis se adueñó de la escena. El orgullo del Bilbao llevó el pulso al límite de la emoción. Y eso que Raúl López sufrió un esguince de tobillo y los croatas Pilepic y Vrkic están tachados por su entrenador. “Decisión técnica”, matizó Pueyo para justificar que lleva dos partidos sin alinear al alero. “Independientemente de si cobramos o no, sabemos que entrenar es nuestra obligación. El lunes volveremos y acabaremos la temporada de la mejor forma posible”, subrayó el preparador bilbaíno