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R. MADRID 105- VALENCIA 110

Primera derrota de un Madrid que casi asegura el liderato

Un Valencia enorme llegó a vencer por 23 puntos, pero los blancos salvaron el average particular con un parcial final de 39-24. La racha queda en 27 triunfos seguidos en Liga.

Sergio Rodríguez tirando a canasta.
Sergio Rodríguez tirando a canasta.Rafa Aparicio
ACB

Un Palacio frío tras la batalla de la Euroliga, un Madrid agotado física y mentalmente, sin ideas en su octavo partido en 17 días, el cuarto de la semana, sólo orgullo; un rival pletórico, bien preparado y descansado, con jugadores como Lucic, que asoma la cabeza tras largo tiempo lesionado, y un Sato decisivo. Resultado: adiós a la racha. Primera derrota blanca en la Liga Endesa tras siete meses de competición y 28 jornadas (27-1). Aquel equipo dirigido por Pedro Ferrándiz hace 41 años (1972-73) seguirá presumiendo del mejor inicio liguero de siempre: 30-0, todos los partidos.

Primera derrota de un Madrid que casi asegura el liderato

No había que ser un lince para intuir lo que podía pasar. En las batallas del playoff los duelos se suceden y la fatiga se reparte. Aquí era toda blanca, y el Madrid hubiera estado a merced de cualquier gran equipo, incluso de uno no tan bueno. Para el Valencia fue incluso más fácil. Magnífico grupo, muy bien entrenado. Perasovic ha encontrado su sitio, y el club taronja, el sosiego. Este equipo tiene grandes cosas que decir, empezando por la final de la Eurocopa y siguiendo por la Liga.

El Valencia ganó sólo por cinco (105-110), cuando llegó a hacerlo por 23 (68-91), y perdió el average, esos siete tantos que había cedido en la Fonteta (75-82). Un gran triunfo con sabor agridulce, porque el liderato de la Liga regular quizá hubiera sido posible. Ahora, parece una quimera. Aunque el Madrid deba visitar aún al Barça y al Unicaja, tiene dos derrotas menos y el desempate a su favor a falta de seis partidos. En el haber blanco, esa tremenda reacción final: 39-24 en los últimos diez minutos con empuje de los Sergios, de Darden y, cómo no, del capitán Reyes. Un triple del americano y una canasta de Llull firmaron en los últimos segundos ese -5 para amarrar el primer puesto. También ayudaron los tiros libres errados por Van Rossom a ocho décimas de la bocina.

Decíamos que el desgaste esta vez sí es excusa, de hecho marcó el partido con contundencia. Lo que no quita para que este Valencia hubiera vencido también a un rival fresco como una lechuga. Urge una modificación del calendario, de los formatos de competición, un acuerdo entre todas las partes. Queda feo que partidazos como este lo sean menos. Y para terminar de arreglarlo, show arbitral de Hierrezuelo y Redondo, que incendiaron a los locales, a la plantilla y a una grada que terminó como esos bosques a los que Rummenigge se refería el otro día. Dos técnicas y una antideportiva. “Esto huele a chamusquina”, decía a la salida una aficionada. El Palacio pasó del hielo al fuego.

El Valencia mereció el triunfo y los colegiados se lo afearon sin necesidad. Casi nada más tocar el balón el suelo, Laso tuvo que pedir un tiempo muerto de urgencia porque el partido se les iba de las manos: 5-14. Respondieron con bravura Llull y Rudy, ocho puntos seguidos. El choque se mantuvo en un puño hasta el final del segundo cuarto, momento en que los visitantes enlazaron varios contragolpes mientras los de casa se desgañitaban pidiendo faltas. Se salieron del partido: 42-54. La zona 1-3-1 resultó clave. El Madrid no supo atacarla y se limitó a circular por fuera el balón. En la reanudación dio otro arreón, pero la contestación taronja fue demoledora. La diferencia amagaba con crecer hasta el infinito, nadie esperaba ya una reacción, pero el Madrid tiene casta. Fin a la racha, aunque con medio liderato en el bolsillo.