Real Madrid - Olympiacos
La última batalla por la Final Four en el Palacio de Deportes
El Real Madrid se la juega en el Palacio en el quinto partido del playoff de cuartos. El control del rebote y del ritmo obsesiona a los de Laso. Todo un partidazo (20:45, Canal+ D).
Hay dos máximas que se le adjudican al baloncesto con aire crítico. La primera: todo se decide en el último minuto, lo anterior no vale. La segunda: los playoffs siempre se estiran al máximo. Pues bien, el Madrid-Olympiacos aporta argumentos para la teoría del chicle (20:45, C+ D). Quinto duelo en once días, pero la final para la Final Four es hoy. La gran batalla entre el equipo de moda, el Madrid, aunque ahora en su momento más bajo (en parte por la fatiga y las lesiones), frente al corazón indomable del campeón, el Olympiacos. Una serie que ha pasado de amenazar goleada (2-0) al empate (2-2). Reacción griega armada en una buena defensa colectiva y un enorme espíritu de lucha, aunque las casas de apuestas mantienen cuotas muy favorables a los blancos (alrededor de 1,25 frente a 3,80).
¿Una clave, sólo una? Los entrenadores les contestarían que eso es simplista. Pero aquí diríamos que el rebote, los rechaces ofensivos de Dunston (16 en los últimos tres partidos) que han resucitado al Olympiacos. Sin capturas no hay contraataque ni ritmo y sí canastas fáciles del rival y segundas opciones que ralentizan el juego. Y sin velocidad, el Madrid ha chocado con una defensa de cambios que le ha empujado por la vía de lo individual, la solución cómoda, la menos productiva. Más pérdidas y menos asistencias. Los de Laso han pasado de anotar 85 puntos de media en los dos primeros partidos a sólo 69 en Atenas (62 el miércoles, su marcador más bajo del año). Mientras, el Olympiacos ha calcado registros: 74 tantos.
Con Rudy a un nivel alto, se espera más de Mirotic y de un Bourousis que aguantó insultos de todo tipo en Atenas. Allí Dunston sumó 57 de valoración en 80 minutos y los cinco pívots blancos... 42. Más aportación dentro y más ayuda de los bajitos. Y más Sergio, y más Llull. Más de todo. El Olympiacos cree que la presión rema a su favor, siempre, claro, que se decida en el último minuto. A ver.